Vane Barberá, 26 años en la élite

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Vanessa jugó su último partido oficial en la provincia en Cea, a donde se han visto obligado el Envialia a desplazarse también para entrenar
Vanessa jugó su último partido oficial en la provincia en Cea, a donde se han visto obligado el Envialia a desplazarse también para entrenar Santi M. Amil

La internacional afincada en Ourense seguirá ligada al fútbol sala desde el banquillo

26 may 2023 . Actualizado a las 17:18 h.

Vanessa Barberá Martínez (Madrid, 1981) es una de las figuras imprescindibles en la evolución del fútbol sala femenino en nuestro país y una década de su brillante singladura deportiva la ha pasado con la camiseta del actual Ourense Envialia. En Cea recibió un merecido homenaje el pasado fin de semana, en su último partido oficial en la provincia, y el próximo fin de semana bajará la persiana de su portería en territorio madrileño, ante el Alcorcón, cerrando un círculo de 26 años en la élite, una gesta al alcance de muy pocas.

«En mi época se debutaba muy pronto, no había categorías inferiores y yo me estrené en Primera con el Móstoles a los 15 años», argumenta Vane con la sonrisa en los labios, para irse aún más atrás en el tiempo y relatar su idílico primer contacto con su deporte: «Fue con diez años, en un campamento de verano. Vi a viarios niños jugando y les pregunté si podía hacerlo con ellos. Como era una chica me mandaron a la portería, pero aquello me gustó mucho, fue un flechazo».

Un padre futbolero atendió los requerimientos de su hija y la inscribió en el Sporting La Loma, de su barrio madrileño. Tenía equipo femenino, eso sí, mezclando portera de 10 años con veteranas de 44: «Era muy distinto a las estructuras que vemos hoy, con clubes que tienen plantillas en varias categorías y técnicos cada vez más profesionalizados. Aquello tenía su punto, pero está bien que las niñas tengan más facilidades y que puedan desarrollar sus inquietudes».

Con solo 15 años debutó en la máxima categoría con el Móstoles y hasta hoy, incluido su paso por la selección española y hasta cuatro competiciones intercontinentales, esa asignatura pendiente de la FIFA. Fuenlabrada, Futsi Atlético de Madrid, UCAM Murcia y Femesala Elche lucían en sus credenciales cuando llegó a Ourense.

«Parece mentira, pera ya van diez temporadas. Creo que es el momento de cerrar esta etapa. Siempre fui una persona muy activa y hay vida más allá del fútbol sala. He tenido lesiones importantes a lo largo de estos años y el cuerpo hay que cuidarlo, no quiero arriesgarme más», reflexiona Barberá con la tranquilidad de quien parece tener las ideas muy claras.

Y también una pinta de entrenadora que no puede ocultar: «Ya tengo el nivel 3 y llevo cuatro años con mayores responsabilidades en la base del club. Trabajé con las cadetes y también con las porteras de todas las categorías. Es algo que me gusta, sobre todo con las niñas, porque creo que puedo ayudarlas con mis experiencias a lo largo de estas temporadas».

En cuanto a la escalada del fútbol sala femenino en los últimos años, la portera también esboza una mirada positiva: «Es verdad que damos pasos lentos, pero son sólidos. Curiosamente, una situación tan negativa como la del covid sirvió para darnos mayor visibilidad, con las retransmisiones en streaming y los clubes preocupándose más por esa difusión. Tenemos el ejemplo del fútbol femenino, que ha crecido mucho con los partidos televisados, eso sería importante».

En un tono más reivindicativo, la guardameta resalta que el fútbol sala femenino es top en Ourense y quizás también uno de los deportes más olvidados: «Con el Cidade hubo muchos años con dos equipos en la élite y, sin ir más lejos, tuve que despedirme en Cea, porque aquí no teníamos cancha y muchas veces salimos de entrenar a las 23 horas». Por y para el fútbol sala, Vane.