El asturiano saldrá el domingo en sexta posición, tras verse afectado por un fallo en el sistema que permite los adelantamientos
28 abr 2023 . Actualizado a las 19:23 h.Charles Leclerc será el hombre que parta desde la pole de la carrera del domingo, que no la de este sábado porque aún no se ha disputado su clasificación propia. El Gran Premio de Azerbaiyán es el escenario elegido para experimentar con una vuelta de tuerca del formato esprint que ya se había implementado en algunas carreras de las pasadas campañas, lo que ha convertido la jornada del viernes en una suerte de sábado y la del sábado en un gran premio en miniatura.
Hasta que llegue el domingo, el gran candidato a ganar será el de Ferrari, un equipo que por fin disfrutará de un sabor dulce en la boca tras muchos amargores. Al menos en el lado de un Charles Leclerc que, por pura estadística, no va a ganar la carrera definitiva: cuenta por abandonos sus dos últimas poles en Bakú. Para Carlos Sainz, aunque en términos generales no puede sentirse insatisfecho con el cuarto puesto de la parrilla, no fue una clasificación cómoda. Dos serios sustos (uno con el muro y otro en forma de trompo) dejaron claro que sigue sin estar del todo cómodo al volante de este monoplaza, pero no desentonó. Aunque los Ferrari se colaron entre los Red Bull y Fernando Alonso, no se puede decir que fuera un mal día para el asturiano.
Si el resultado de Sainz fue algo gris, visto lo visto, el de Fernando Alonso también. Las expectativas en torno a la posición del asturiano este fin de semana son muy altas, toda vez que Aston Martin ha llevado unos nuevos alerones con los que pretende paliar el serio déficit de velocidad punta en la larga recta de 2,2 kilómetros que tiene este trazado. No le salió del todo bien, por culpa del DRS. Ya en los libres (los únicos del fin de semana) no se le activaba de manera correcta, lo que se reprodujo en el momento clave, en plena Q3. Alonso, que llegó a estar en su posición natural (detrás de los Red Bull), tuvo que conformarse con un escueto sexto puesto, justo detrás de un Lewis Hamilton con el que compartirá la tercera fila de la parrilla.
Puede dar por bueno este resultado, visto que de momento había esquivado los problemas mecánicos que antaño habían sido una pesadilla en otros equipos. Algún día tenía que llegar que el Aston Martin fallara, por pura estadística, y aunque es un problema relativamente menor (de aquí a la carrera del domingo hay margen), es una advertencia de que los coches verdes no son irrompibles. Pese a este evidente paño caliente, que la primera gran evolución del coche, el alerón trasero, falle en uno de sus elementos críticos no es motivo para sonreír ni mucho menos.
Dos banderas rojas como aviso
En una pista que paga el error, tanto propio como mecánico, hubo que esperar más de 45 minutos para ver acabar la primera tanda. Los fallos, como el protagonizado por Pierre Gasly, cuyo Alpine salió humeando en los libres de la mañana y provocó una de las banderas rojas en esta tanda por un golpe contra el muro, obligaron a sacar dos banderas rojas. Esto hizo que varios pilotos sufrieran demasiado para clasificar en condiciones, ya que la situación de la pista cambió notablemente. La otra bandera roja la protagonizó Nyck de Vries, que con el AlphaTauri sigue sin poder demostrar su potencial.
Aunque esta será la parrilla confirmada para el domingo, nada tendrá que ver lo que se viva este sábado en las calles de Bakú. De hecho, a efectos prácticos, es como un gran premio dentro de un gran premio. Primero se disputará una mini clasificación en formato 'shootout': todos los pilotos saldrán a hacer una vuelta rápida, como antaño, para formar una parrilla que determinará el orden de salida de la carrera de media hora que se disputará unas horas después. Como en las anteriores, puntuarán los ocho primeros clasificados de 8 a 1 punto en orden descendente.
Con este paréntesis, en el que los pilotos se la jugarán lo justo (o eso dicen), los pilotos se centrarán en conseguir algo grande este domingo. Que es cuando cuenta.