El Presidente Kessié honra a su padre

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JUAN MEDINA | REUTERS

El marfileño, al que apodaron así en Milán tras aparcar su coche en la plaza del mandatario, dedicó el gol decisivo a su progenitor fallecido en la guerra

20 mar 2023 . Actualizado a las 00:21 h.

A Franck Kessié lo relegó Xavi al banquillo para darle su sitio a Sergi Roberto. En el fútbol, los precedentes y las estadísticas son un buen entretenimiento para los prolegómenos. Por tercera vez en dos meses, a Araujo le encomendaron anular la explosividad de Vinicius. La kriptonita, espoleaban algunos titulares. No iban ni diez minutos de duelo y un centro de Vini, sin opciones de remate aparentes, lo cabeceó en el primer palo Ronald. El despeje que imaginó, sin referencia alguna de lo que sucedía a sus espaldas, acabó convertido en un certero disparo hacia su propia portería. El antídoto, caprichos del juego, se había convertido en veneno.

A Kessié le costó engranar en este Barcelona. «No me veo a mí mismo como titular», dijo al empezar la temporada. Por él había pagado en su día 400.000 euros el Atalanta a un equipo de segunda división africana. Este verano, cuando dudó de sus propias virtudes para el once, presentaba una tarjeta anotadora más que elocuente para un todocampista. 51 goles en 301 partidos. Uno cada seis. Con el Barcelona, al que llegó a coste cero, todavía no se había estrenado en Liga.

Cuando despuntó en Italia, a Kessié lo apodaron El Presidente. Fue como resultado de una anécdota en Milán que él mismo contó tiempo después: «Un día, al llegar a un entrenamiento, aparqué en el sitio del presidente. El guardia de seguridad se me acercó y me dijo que tenía que cambiar mi coche de sitio. Yo respondí que no, que a partir de entonces era el nuevo presidente del club». De la broma, se quedó el mote. «¿Por qué me siguen llamando así? Porque soy el jefe del vestuario», bromeó cuando todavía jugaba en Italia.

Su primer gol con el Barcelona puede suponer una Liga. El banquillo saltó en pleno e invadió el campo. Todos buscaban a Kessie, conscientes de que en ese postrero golpeo, en el minuto 92, puede desempolvar la vitrina. Antes de ser abrazado por sus compañeros, el marfileño llevó la mano en horizontal a la frente para hacer el saludo militar. Lo hizo en honor a su padre, que falleció en combate cuando Franck tenía diez años. «Me acuerdo que mi padre hacía ese gesto y yo lo repito como homenaje. Lo perdí muy pronto, era solo un niño y sé que cuando lo hago él se siente orgulloso y me mira desde alguna parte», había revelado. Después de desenmarañarse de los compañeros, en pleno júbilo por el gol al Madrid, Kessie se fue a buscar en la grada a su agente para abrazarse. Dice que sin él nunca hubiese jugado en el Camp Nou. Con el Milán marcó 14 tantos en la temporada 2020/21. Allí ganó el único título que tiene. En Barcelona, quizá con un solo gol, se haya hecho acreedor a otro.