Fue un partido muy igualado, pero el Barcelona estuvo mejor. La defensa azulgrana fue la clave, y en dos aspectos: con balón en campo contrario; y sin balón en campo propio y contrario. El Barcelona no generó demasiadas ocasiones, pero aprovechó las que tuvo. No estuvo el Real Madrid a la misma altura que en el partido contra el Liverpool, cuando se mostró más desequilibrante, tuvo más el balón. En cualquier momento pudo haber marcado, pero no lo hizo y tampoco dispuso del control del juego. No generó más fútbol ni más ocasiones de gol.
En la primera parte el juego se centró en una banda, la de Araujo y Vinicius, mientras en el otro costado no había tanta actividad. Sin embargo, en la segunda mitad todo se equilibró un poco más.
En cuanto al equilibrio de poder en el encuentro, es verdad que hubo momentos, sobre todo en los minutos finales, en los que ninguno de los dos equipos tuvo el control. Cuando el tiempo se agotaba y ambos equipos aceleraron para ganar, se prodigaron las transiciones rápidas.
En principio, en ese tipo de escenario, el Real Madrid es más especialista y parte con ventaja. Es cierto que le anulan un gol a Asensio por fuera de juego y bien anulado está. Se pudo llevar el partido el equipo blanco, pero en este tipo de situaciones es el talento de los propios jugadores el que acaba desequilibrando el resultado.
Después de lo sucedido en el clásico del Camp Nou se puede decir que el título de Liga lo tiene ganado el Barcelona. Considero que son demasiados puntos de diferencia para que el Real Madrid pueda remontarlos. Sería algo fuera de lo normal. Por eso, pienso que el equipo blanco se centrará en la Liga de Campeones y en la Copa del Rey. Es más, creo que el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey será impresionante.