El atletismo gallego tiene que aprovechar el mejor momento de su historia
13 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El atletismo gallego vive el mejor momento de su historia. Nunca en sus ya más de cien años de vida había reunido en su nómina a una medallista olímpica (Ana Peleteiro, bronce en triple salto en Tokio) y a un campeón de Europa (Adrián Ben en el 800 metros en pista cubierta). Además, la presencia de atletas de la comunidad en grandes citas internacionales se ha convertido en algo habitual (a los dos hay que unirles a Belén Toimil, plusmarquista española del lanzamiento de peso).
Pero la lista no para aquí. Por detrás viene con fuerza una Xela Martínez que a sus 17 años amenaza con marcar una época en el fondo, tanto en el cros como en la pista. Tariku Novales tiene mucho que decir en las distancias más largas de la ruta después de conseguir la mínima olímpica en maratón, y promesas en su día como Claudia Rojo o Saleta Fernández demuestran que están de vuelta. La Galicia atlética actual tiene hasta proyectos de velocistas de nivel como Ainhoa Repáraz.
Está claro que este momento no surge por generación espontánea y que obedece al trabajo sesudo y constante de clubes, entrenadores y deportistas, pero lo realmente importante es darle continuidad en el tiempo. Por eso el tejido atlético gallego debe aprovechar el resplandor de los metales para dar un paso más y convertir a la disciplina en una referencia.
Es tiempo de rentabilizar los avances en infraestructuras (nadie podía soñar hace poco con la pista cubierta de Ourense), pero también de dotar de instalaciones aquellos focos necesitados, que no surja otro Adrián Ben que tenga que recorrer 200 kilómetros en coche dos veces a la semana para poder entrenar. El deporte, como la vida, son momentos, y el actual es idílico para la más vieja de las disciplinas. Dejar pasar la oportunidad será volver a los tiempos del país del fondo.