Peque, capitana del Burela: «Nunca me he sentido señalada en un vestuario por ser homosexual»

DEPORTES

Pepa Losada

Ve normalizada la presencia de personas LGTBI+ en el deporte femenino por el apoyo entre compañeras: «No nos importa con quién se acuesta cada una»

27 feb 2023 . Actualizado a las 18:23 h.

Es una de las mejores jugadoras del mundo, no esconde su orientación homosexual y se define «muy femenina». El caso de Patricia González Mota (Madrid, 1987), más conocida como Peque, es un severo puñetazo para quienes encuentran en el balompié solo un pretexto para vomitar su masculinidad. «De nosotras molesta más que juguemos bien siendo chicas que el ser lesbianas», destaca la capitana de un Pescados Rubén instalado desde hace años en la cima del fútbol sala.

«De nosotras molesta más que juguemos bien siendo chicas que el ser lesbianas»

Alcanzar la igualdad es la cruzada principal para un deporte femenino que, a diferencia de su homólogo masculino donde casos como el de Jakub Jankto son una admirable excepción, siente «normalizada» la presencia de personas LGTBI+. «Nunca me he sentido señalada en un vestuario por ser homosexual. Hay muchos casos y nos apoyamos entre compañeras; las piedras vienen de fuera. A veces escuchamos comentarios del público. Hay mensajes de odio que son inadmisibles», relata Peque. «No nos importa con quién se acuesta cada una», concreta.

La bicampeona de Europa con la selección española y balón de plata en los Futsalplanet Awards participó en una charla con el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Franco, con motivo del Día Internacional contra la LGTBIfobia en el Deporte. «Desde la asociación de jugadoras nos dijeron que buscaban a alguien que no tuviese problemas en contar su caso y me ofrecí. Yo expongo mi orientación sexual con naturalidad. Creo que hay que normalizarlo», razona sobre una cita en la que también participó Ismael Merino, el presidente de la Agrupación Deportiva Ibérica LGTBI+.

Desigualdad

«En un mundo como el actual hay muchas maneras de vivir, muchas formas de amar», destaca una futbolista del Burela que espera ser ejemplo para quienes reprimen sus sentimientos por los clichés que acompañan al deporte. «El fútbol está muy ligado a la masculinidad. Es el deporte rey y tienes que ser muy macho, pero en realidad no tiene nada que ver. Juego al fútbol, soy lesbiana y me siento muy femenina. Hay estigmas que hay que romper ya. Tenemos que seguir dando pasos hacia delante, ninguno hacia atrás», cuenta Peque.

«Por suerte, entre nosotras no existen esos prejuicios. Estamos más volcadas en conseguir una igualdad real con los chicos en muchas facetas que aún llevamos retraso», matiza una mujer que a sus 35 años disfruta de un convenio colectivo pionero en el Burela y sueña tener la oportunidad de disputar un Mundial que la FIFA ha anunciado por fin con más de tres décadas de retraso respecto al masculino.

Entre compañeras

Reconocidas y respetadas, sin juicios por su orientación sexual, es relativamente habitual que el amor surja entre compañeras de equipo. «Yo siempre he entendido el fútbol sala como un trabajo, por eso cuando tenía a mi pareja en el vestuario actuaba como una más, como si fuese cualquier otra compañera. El único problema es que te llevas las movidas a casa», recuerda una futbolista de referencia por sus hechos en la cancha y sus palabras fuera de ella.