El gigante Gonzalo Pérez de Vargas acerca a España a cuartos del Mundial de Balonmano

José Manuel Andrés COLPISA

DEPORTES

TOMASZ MARKOWSKI | REUTERS

El portero del Barcelona se erigió en muro infranqueable para la anfitriona Polonia, a la que los Hispanos dejaron fuera en su primer envite en la ronda principal.

18 ene 2023 . Actualizado a las 22:29 h.

Nadie dijo que fuera a ser fácil. El salto de la cómoda primera fase a la durísima ronda principal en la que está en juego el pase a cuartos de final del Mundial de balonmano lo notó España con un primer envite cargado de veneno. Enfrente estaba Polonia, la coanfitriona del torneo, con el apoyo del colosal Tauron Arena de Cracovia y la necesidad imperiosa de sumar para evitar un prematuro KO en el torneo. El cartel ya advertía de la dificultad del duelo y la realidad confirmó los pronósticos para los Hispanos, que salieron indemnes gracias a la inspiración de Gonzalo Pérez de Vargas, gigante en la portería en la segunda mitad y cabeza visible del sacrificado ejercicio defensivo español, de menos a más.

De partida, España desafió la intensidad de la zaga polaca mediante el clásico juego de continuidad, su extraordinario trabajo con el pivote y las circulaciones de los extremos a través de la línea de seis metros. Siempre la riqueza táctica ante la superioridad física del contrario, seña de identidad de los Hispanos. Y es que a pesar del relevo generacional y los muchos debutantes en un gran torneo a esta selección de Jordi Ribera no le pesa la presión de enfrentarse a la presión de la afición polaca.

El conjunto español fluía en ataque pero echaba todavía de menos un punto más de acierto en defensa. No encontraba soluciones ante el poderoso brazo derecho de Sicko, un armario de dos metros con un lanzamiento imponente que fue la llave local para resistir el inicio hispano. Álex Dujshebaev ofrecía la réplica con su inagotable catálogo de recursos técnicos, pero lo cierto es que pese a la decepcionante actuación polaca hasta el momento en su Mundial, la anfitriona mostró su mejor versión ante la inminente amenaza del KO.

La igualdad era total al paso por el ecuador del primer acto (8-8) y fue ahí cuando España dio un paso adelante. Las victorias de Francia y Eslovenia en los dos partidos anteriores del grupo no ofrecían respiro alguno, pues ambos ya hicieron los deberes frente a Polonia en la primera fase. Era absolutamente necesario sumar los dos puntos para no perder el paso de los mejores en la pelea por los cuartos de final y se notó con una mejoría en el 6-0 defensivo hispano. Ayudó también la segunda unidad en ataque, con Cañellas, Pol Valera y Maqueda manteniendo el buen ritmo goleador, y llegaron así las primeras ventajas de cierta importancia (14-11). Fue un espejismo, pues el conjunto polaco apretó los dientes y se agarró al partido como una lapa, dejando la ventaja española en un solo tanto (16-15) con una diana del extremo diestro Czuwara sobre la bocina.

La solución, en el banquillo

Hacía falta agitar el árbol para romper el partido y Jordi Ribera dio paso en la portería a Gonzalo Pérez de Vargas, el mejor contra Montenegro e Irán. La respuesta del azulgrana fue rápida, deteniendo el lanzamiento a bocajarro del fiable Moryto desde el extremo derecho, pero el atasco ahora estaba ante la puerta rival. Más de cinco minutos tardó el combinado español en estrenar su casillero en la reanudación y lo hizo desde los siete metros, con una buena ejecución de Kauldi Odriozola. El magisterio de Pérez de Vargas bajo los palos -detuvo seis de los primeros ocho lanzamientos que recibió- camufló las debilidades de España, incluso en inferioridad numérica. El guardameta toledano se hizo gigante para intimidar a los polacos y los Hispanos aprovecharon su efervescencia para llevar la diferencia a un interesante +4 (21-17) con el último cuarto de hora por delante.

Ficha técnica

España 27-23 Polonia

España: Corrales, Ángel Fernández (4), Figueras (4), Odriozola (3), Dani Dujshebaev (2), Casado (1) y Álex Dujshebaev (4) -siete inicial. Pérez de Vargas (ps.), Peciña, Gedeón Guardiola (2), Ferran Solé (2), Cañellas (3), Sánchez-Migallón, Valera (2), Maqueda y Garciandia.

Polonia: Morawski, Czuwara (3), Macej Gebala, Moryto (5), Sicko (7), Olejniczak (2) y Dzialakiewicz -siete inicial-. Kornecki (ps.), Krajewski, Bis (2), Walczak, Komarzewski, Pietrasik, Jedraszczyk (4), Tomasz Gebala y Daszek.

Árbitros: Mads Hansen y Jesper Madsen (Dinamarca). Excluyeron a los polacos Macej Gebala y Walczak, y a los españoles Peciña (2) y Gedeón Guardiola. Mostraron la roja directa a Walczak.

Marcador cada cinco minutos: 4-2, 7-6, 8-8, 10-9, 14-11, 16-15 -descanso-, 16-16, 19-17, 21-18, 23-20, 25-22 y 27-23.

Incidencias: Partido de la primera jornada en el grupo I de la ronda principal del Mundial de Polonia y Suecia disputado en el Tauron Arena de Cracovia.

Patryk Rombel llamó a capítulo a los suyos mientras la afición polaca contenía el aliento con su selección muy próxima a la eliminación, pero su tiempo muerto solo dio con la solución del talento individual del joven Jedraszczyk. Cualquier intento de reacción se topó con la mano de seda de Adrià Figueras, un pivote fuera de lo común. España tuvo aplomo para gestionar su ventaja, a lo que ayudó la roja directa a Walczak después del auténtico mandoble del polaco al sufrido Gedeón Guardiola. Y es que la dureza defensiva de Polonia en el tramo final rozó lo ilegal pero no intimidó a Casado y Ferran Solé, autores de los tantos con los que el conjunto anfitrión firmó la rendición.