
El prodigio noruego remontó un punto de desventaja en la jornada final del Mundial de blitz en un día memorable con siete victorias
30 dic 2022 . Actualizado a las 22:04 h.Apretón de manos con Abdusattorov y puños al cielo, mientras se levanta rápidamente de la silla. Lo había vuelto a hacer. Mientras, a poca distancia, todavía en partida, Hikaru Nakamura niega con la cabeza mascullando unas tablas que Harikrishna se negaba a concederle, hasta que el juez intervino dando por finalizada la prueba. Magnus Carlsen había logrado una barbaridad. Sumar otro título mundial, esta vez el de blitz (partidas de 3 minutos y dos segundos extra por cada movimiento), tan solo dos días después de conquistar el de rápidas. Ambos, junto al Mundial de clásicas que todavía ostenta hasta el 2023, que ha renunciado a revalidar por falta de motivación, suponen una extraordinaria triple corona. El noruego es el mejor. No tiene rival. Y todos lo saben.
Nakamura negaba, malhumorado, al margen de por no entender la actitud de su rival, porque sabía que había dejado escapar una oportunidad histórica. El estadounidense, de origen japonés, llegaba a la última jornada con un punto de ventaja. Pero no estuvo a la altura del primer día. Solo ganó tres partidas en las nueve rondas finales, en las que concedió dos derrotas y cuatro tablas. Y, para colmo, Carlsen salió enrabietado imponiéndose en cinco de las seis primeras pruebas.
El noruego ofreció un recital, firmando movimientos memorables como el que le hizo a Caruana en la ronda 17. El estadounidense todavía no sabe cómo pudo perder la partida, cuando las tablas eran ya casi imposibles de evitar. Carlsen iba lanzado y ni siquiera importó su equivocación ante un gran Alexey Sarana. El número 1, bajo presión, se hizo un lío al mover las piezas. Derribó por error un caballo y al recogerlo soltó el alfil que tenía en la mano. Mirada a cámara, sonrisa pícara y reconocimiento del triunfo rival. No importaba. Tenía margen de un punto, ya solo medio tras esa equivocación y el nuevo pinchazo de Nakamura (tablas con Shimanov), y ya solo dos partidas por delante. Ganó a Shimanov (él sí) y a Abdusattorov y alzó el título con 16 puntos de 21, uno más que Nakamura y el armenio Martirosyan.