El entorno de Gustavo Dacal, contagiado de dengue en México: «Nos quedan fondos para menos de una semana de tratamiento, cada día son más de mil euros»

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

CAPOTILLO

El atleta se sometió a cuatro intervenciones y sigue sin movilidad en las piernas

30 dic 2022 . Actualizado a las 19:35 h.

El diez veces campeón de España de jabalina, Gustavo Dacal, permanece ingresado en el hospital de Veracruz después de contraer el dengue hace casi dos semanas en México, ciudad en la que reside desde hace una década. En estos últimos quince días, el atleta de Ponte Caldelas fue sometido a cuatro operaciones tras el empeoramiento de su estado de salud. Hoy, después de superar unas intervenciones que lo han debilitado, sigue sin movilidad en sus piernas y con rehabilitación diaria para intentar recuperarse.

En esos primeros días de hospitalización, el Concello de Ponte Caldelas, tras reunirse con la familia y amigos de Gustavo Dacal, impulsó un número de cuenta y un bizum para recaudar fondos que permitan costear el tratamiento. «En la cuenta nos quedan cerca de ocho mil euros, pero cada día de rehabilitación son entre mil y 1.500 euros», señala Pablo Alberte, uno de sus amigos más cercanos, que reconoce que esta cantidad de dinero no es suficiente ni para una semana de cuidados. Hasta el momento se han gastado más de treinta mil euros entre las operaciones y los tratamientos. No descartan poder traer a Gustavo Dacal para Galicia cuando le den el alta, pero mientras esa posibilidad no se confirme, la idea es trasladarlo a una clínica de rehabilitación más económica en Veracruz. «Tenemos que costearlo todo desde aquí porque él no tiene ingresos», explica Alberte, portavoz de su familia desde que está ingresado.

Gustavo Dacal carece de seguro médico en México, a pesar de que estaba trabajando en el Instituto del Deporte de Veracruz. Hace una década que llegó a este país para formar en lanzamiento de jabalina a los atletas que buscaban plaza en los Juegos. Durante un par de años formó parte del Comité Paralímpico hasta que se incorporó a su actual puesto, donde no tenía condiciones económicas tan favorables.

«Él dice que tiene fuerzas, pero yo sé que no es verdad». Así de duras son las palabras de Pablo Alberte sobre el estado de su amigo, que lleva dos semanas luchando contra sí mismo. El diagnóstico actual reduce la posibilidad de que pueda recuperar la movilidad en las piernas a medio plazo. Y es precisamente eso lo que más le duele a Gustavo y a su entorno, que espera que sea el atleta el que decida qué quiere hacer con su futuro una vez que le den el alta médica.