El noruego ganó sus cuatro primeras partidas en la jornada de estreno y solo cedió unas tablas contra el indio Arjun Erigaisi
26 dic 2022 . Actualizado a las 18:25 h.«Las modalidades rápidas ofrecen un margen mayor para la creatividad». Ese fue el argumento al que quiso aferrarse Magnus Carlsen (Tonsberg, 1990) para agarrarse al reto de intentar recuperar el trono mundial de la especialidad (15 minutos y 10 segundos por jugada), que el año pasado cedió ante el jovencísimo uzbeko Abdusattórov, que le remontó medio punto en la tercera y última jornada, en la que solo se celebraban cuatro rondas.
«Es muy simple. No estoy motivado para jugar otro encuentro. Simplemente siento que no tengo mucho que ganar, particularmente no me gusta, y aunque estoy seguro de que un encuentro sería interesante por razones históricas y todo eso, no tengo ninguna inclinación por jugar y simplemente no jugaré», explicaba el noruego en julio, anunciando su renuncia a disputar el Mundial absoluto de clásicas.
Todo lo contrario que con el de rápidas, que comenzó ayer en Almaty (Kazajistán) y que se desarrollará hasta mañana. Carlsen sintió la llamada de la competición y está comprobando la igualdad desde el primer día. Al cierre de la jornada inicial, es líder con 4,5 puntos sobre 5, pero empatado con otros tres contendientes: el ruso Fedoseev, de 27 años; el joven indio Arjun Erigaisi, de 19; y el neerlandés Van Foreest, de 23. A ellos hay que sumarle otro grupo de diez ajedrecistas situados a solo medio punto de la cabeza, entre los que se encuentran el actual campeón, el citado Nodirbek Abdusattórov, y el ruso Yan Nepómniashchi, al que Carlsen ganó en el Mundial absoluto del 2021 y al que ahora acaba de rehusar volver a enfrentarse.
Carlsen ganó con negras a Ter-Sahakyan y a Tomashevsky, y con blancas a Eric Hansen y a Abdusattórov, en la revancha del pasado año. Sus únicas tablas llegaron en la quinta partida ante el prometedor indio Arjun Erigaisi.