Luis Pastur, técnico asistente gallego campeón de la Copa Sudamericana: «Tenemos el sueño de cambiar el fútbol ecuatoriano»

DEPORTES

Cedida

El preparador, ex del Deportivo, forma parte del cuerpo técnico del Independiente del Valle, que se impuso al São Paulo el sábado

03 oct 2022 . Actualizado a las 20:02 h.

«Es un club que nace con el sueño de un grupo de personas: cambiar el fútbol ecuatoriano. Sueñan y trabajan para conseguir todo lo que dicen. Quieren transformar la mentalidad del país a través del fútbol». Así define Luis Pastur (A Coruña, 1991) al Independiente del Valle. Técnico asistente del club ecuatoriano, acaban de proclamarse campeones de la Copa Sudamericana.

Pastur hizo las Américas en enero del 2020, después de años trabajando para el Deportivo. «Me llamó el jefe del fútbol formativo del club. Llevan años intentando mejorar la formación de los jugadores y entrenadores en el país a través de personal extranjero. Cuando él estaba de jefe, le dijeron que querían seguir apostando por entrenadores españoles. Me lo ofreció a mí, quería a alguien en quien pudiese confiar», cuenta. Sin nada que le atase en su A Coruña, hizo las maletas. Fue una decisión importante. Pasó de estar jugando en el Dépor, arropado por los suyos, a un nuevo país a 10.000 kilómetros de casa. Pero encontró a gente que le abrió las puertas. La adaptación fue fácil, reconoce.

Aunque Quito fue su primer destino, no ha sido el único. Trabajando en el fútbol formativo del club, conoció a Martín Anselmi. De su mano, le siguió hasta Chile. En el Unión La Calera vivió su primera experiencia profesional. Sin embargo, el triunfo no llegó allí, sino en Ecuador. Este sábado.

El Independiente del Valle levantó, después de vencer al São Paulo por dos goles a cero, la Copa Sudamericana su segunda Copa Sudamericana —la segunda competición internacional en América del Sur, y equivalente a la Europa League—. «Ellos son un gigante de América, un histórico. Su número de aficionados debe ser casi más grande que la población que tiene Ecuador. Eso genera mucha ilusión en ellos», explica el coruñés. Era entendible que le dieran por favorito. Pero el Matagigantes, como le llaman allí, un equipo mucho más humilde, hizo gala de su apodo.

«No generamos tanta pasión en todo lo que hacemos como ellos, pero nuestro proyecto es muy serio a nivel Sudamérica. Y eso era una aval para nosotros, sabíamos que podíamos competir. Siempre lo hacemos». Y así fue. Primero Lautaro Ariel y después Lorenzo Faravalli, dieron la victoria. Con el pitido final, arrancó la celebración. «Mucha fiesta, mucha alegría, muchos abrazos y mucho baile», reconoce Pastur. Ya no hay resaca como tal. Pero la emocional durará un tiempo. Un arco de agua les recibió a su aterrizaje en la capital ecuatoriana. Los trabajadores del aeropuerto vestían su camiseta. Y, en el camino hacia su feudo, vieron desde el bus cómo su afición inundaba las calles. «El campo estaba lleno, fue muy emocionante», recuerda Pastur.

Flamantes vencedores de la Copa Sudamericana, ya tienen garantizado su acceso a la próxima Copa Libertadores. Pero no quieren oír hablar de eso... De momento. «Poder jugarla era uno de los objetivos del club. Ya pensaremos en ello. Paso a paso», insiste.

Un proyecto de futuro

El Independiente no es solo un proyecto deportivo, sino también social. Luis Pastur, conocedor de las categorías inferiores, resalta la labor del club. «Traen a los chicos, les dan oportunidades a nivel de educación, alimentación y sanidad. Es una responsabilidad para ellos también. Cuando uno sueña, invierte, trabaja y es autocrítico... El club cambió muchas cosas en estos últimos años. Se ha ido adaptando, haciendo valoración, para ser mejor. Cuando hay eso detrás, los resultados acaban llegando». Y así ha sido. Ahora son bicampeones de América.