Al menos 125 muertos, entre ellos 17 niños, por unos disturbios en un partido de fútbol en Indonesia

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

Todo se precipitó cuando los hinchas saltaron al campo porque su equipo había perdido en la isla de Java. La tragedia ya es considerada una de las más mortales en la historia del fútbol mundial

02 oct 2022 . Actualizado a las 18:45 h.

Al menos 125 personas han perdido su vida y otras varias centenas han resultado heridas durante unos violentos disturbios tras un partido de fútbol en Indonesia, en lo que ya se considera como la segunda mayor tragedia de la historia del fútbol mundial.

Los hechos ocurrieron la noche del sábado, cuando miles de aficionados del club Arema irrumpieron en la cancha tras una derrota 2-3 ante el Persebaya Surabaya en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental, y chocaron contras las fuerzas de seguridad, dejando hasta el momento 125 fallecidos.

Las autoridades llegaron a informar que 174 personas murieron en la tragedia, pero rebajaron la cifra a 125 la noche del domingo debido a «un error en el registro» en los hospitales que atendieron a las víctimas, según explicó la Policía Nacional. Por otra parte, el número de heridos en esos violentos disturbios ascendió desde los 180 reportados inicialmente hasta los 323, de acuerdo con la última actualización.

La rabiosa multitud embistió contra los policías y destrozó diversas infraestructuras del centro deportivo, así como una quincena de vehículos, en un brote de violencia que fue calificado este domingo como «anárquico» por el jefe de Policía de Java Oriental, Nico Afinta.

Los agentes de seguridad respondieron con gas lacrimógeno en un intento de frenar los ataques, lo que hizo cundir el pánico entre los aficionados y provocó una verdadera estampida. «Era un espacio lleno de gente, lo que provocó dificultad para respirar, falta de oxígeno», señaló Afinta en una rueda de prensa.

Así, la mayoría de las víctimas sucumbió por razones de asfixia, traumas o pisoteados, según indicaron fuentes hospitalarias. Los más de tres centenares de heridos han sido ingresados en diferentes hospitales de la región con distintos niveles de gravedad, por lo cual las autoridades no descartan que el número de muertos pueda aumentar en las próximas horas.

Varios supervivientes y testigos de la espiral de violencia han denunciado la brutalidad de la policía, que además de disparar bombas de gas también utilizó porras y proporcionó «golpes y patadas» contra los hinchas, de acuerdo a los relatos recopilados por los medios locales.

Autoridades prometen una investigación rigurosa

Tras la catástrofe, la Liga indonesia fue suspendida temporalmente y un equipo de la Policía Nacional se desplazó al lugar para «investigar extensamente» los hechos, según anunció en un discurso televisado el presidente de Indonesia, Joko Widodo.

«Lamento esta tragedia y espero que esta sea la última tragedia del fútbol en el país. No dejéis que otra tragedia humana como esta suceda en el futuro. Debemos mantener unido el espíritu deportivo, la humanidad y el sentido de hermandad de la nación indonesia», afirmó el mandatario.

Entre los puntos claves de la investigación figuran el uso de gas lacrimógeno por la Policía -cuyo uso está prohibido por la FIFA en el interior de estadios debido a su potencial peligro- y la presunta venta de unas 4.000 entradas más allá del aforo permitido por el centro deportivo.

El Gobierno igualmente determinó una «evaluación» sobre las medidas de seguridad referentes a los partidos de fútbol en el país, donde ya se registraron en el pasado otros brotes de violencia a causa de la fuerte rivalidad entre los clubes.

En ese marco, el ministro de Deportes, Zainudin Amali, afirmó en unas declaraciones a la agencia Kompas que la cartera reevaluará la seguridad en los compromisos futbolísticos y no descarta la posibilidad de que los espectadores ya no puedan acudir a los estadios.

Condenas desde todas las partes del mundo

Las fotos y vídeos que plasmaron los momentos de caos, en los que se ve a miles de hinchas saltando las gradas e irrumpiendo en la cancha, así como diversos heridos, personas desfallecidas y mucho humo, rápidamente dieron la vuelta al mundo y generaron una ola global de conmoción y condena a la violencia.

En España, LaLiga y la Federación Española de Fútbol han acordado que se guardará un minuto de silencio en los partidos de LaLiga Santander y LaLiga SmartBank, al tiempo que varios clubes del país, entre ellos el Real Madrid y el Barcelona, han manifestado su pesar por la tragedia.

Asimismo, entidades internacionales han urgido a las autoridades de Indonesia a investigar de forma «rápida» los violentos disturbios e instaron a la Policía a reconsiderar el uso de gases lacrimógenos en los estadios.

«Hacemos un llamado a las autoridades para que realicen una investigación rápida, exhaustiva e independiente sobre el uso de gases lacrimógenos en el estadio y se aseguren de que quienes hayan cometido violaciones sean juzgados en audiencia pública y no reciban simplemente sanciones internas o administrativas», expresó en una nota el director de Amnistía Internacional Indonesia, Usman Hamid.

Por su parte, la FIFA solicitó un informe sobre el incidente a la Asociación de Fútbol (PSSI) de Indonesia, según dijo a los periodistas el secretario general de PSSI, Yunus Nusi.

En las imágenes y vídeos difundidos en las redes sociales se ve cómo una rabiosa multitud invade el campo, mientras que los equipos y los árbitros rápidamente intentan huir del césped para evitar la furia de la hinchada.

Tras el «consternador» incidente, la Liga de fútbol de Indonesia suspendió todos los partidos durante una semana, en tanto que la Asociación de Fútbol (PSSI) del país anunció la apertura de una investigación para averiguar los hechos.

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«PSSI lamenta las acciones de los aficionados del Arema en el estadio Kanjuruhan. Lo lamentamos y nos disculpamos con las familias de las víctimas y con todos por el incidente. PSSI formó inmediatamente un equipo de investigación», señaló en un comunicado el presidente de la entidad, Mochamad Iriawan, quien añadió que el suceso «está manchando la imagen del fútbol indonesio».