El extraño lío de la selección española femenina de Jorge Vilda

DEPORTES

SERGIO PÉREZ | EFE

25 sep 2022 . Actualizado a las 18:34 h.

El pasado jueves 15 jugadoras enviaron otros tantos correos electrónicos a la Federación Española de Fútbol para comunicar que emocionalmente no se veían en condiciones de acudir a las convocatorias del seleccionador, Jorge Vilda, y que se echaban a un lado mientras «no se revierta esa situación». Estricto sensu, ni es una renuncia a la selección ni una petición de destitución dirigida al entrenador, pero se parece bastante.

El ente que preside Rubiales no tardó en contestar, hablando de renuncia y la exposición a graves sanciones, que sin embargo no iba a aplicar. También dejó claro que no va a aceptar intromisiones a la hora de decidir quienes se sientan en los banquillos de los combinados nacionales. De Jorge Vilda nada se sabe. Y resulta extraño su silencio.

Es muy grave que 15 internacionales se postulen contra un seleccionador. Y arriesgan, a falta de ocho meses para que se dispute el Mundial. Evidentemente, hay marejada ciclónica. Y lo peor es que ninguna de las dos partes parece interesada en ponerle el cascabel al gato. Ni el colectivo de futbolistas termina de aclarar por qué han llegado a una situación que consideran insostenible, ni la federación parece interesada en saber, con todas las consecuencias, qué hay detrás de la rebelión. Unas y otros se están preocupando más por tratar de no quedar como los malos de la película, sin pararse a pensar en que todos y todas van a salir perdiendo, en que lejos de resolver un problema lo están emponzoñando.

¿Se imaginan que más de la mitad de los jugadores convocados por Luis Enrique para estos dos partidos de la Liga de Naciones se pronunciasen de la misma manera?

Las futbolistas, con sus comunicados, no terminan de rematar a gol, y a la federación solo le interesa dejar claro que tiene el mando, con cierto aire macarra. Falta sentidiño.Sobran gestos. El lío es de órdago a la grande

El excesivo control de Jorge Vilda: puertas abiertas, vigilancia en las habitaciones y revisión de las compras

La Voz

 «En mi época, en las concentraciones que estuve con Jorge Vilda, sí que lo viví [el excesivo control] y se habló con él para que eso lo cambiara. No dejábamos de ser futbolistas en una concentración que sabíamos lo que teníamos que hacer para no perjudicar el escudo que llevábamos en el pecho». Así lo relataba anoche Natalia Pablos, mítica exfutbolista internacional en una entrevista en la cadena Cope.

«Evidentemente, en una concentración tiene que haber cierto control. Pero, por ejemplo, yo no podía salir del hotel sin el resto de mis compañeras. Yo entiendo que es normal que tenga que avisar si salgo de unas instalaciones, pero no podía salir a comprar una postal, por poner un ejemplo, si no íbamos todas o un grupo bastante grande. No sé cuál era el temor. Evidentemente yo sé qué se puede hacer en una concentración y lo que no».

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