Fútbol y mujeres: Una guerra con batallas ya ganadas

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

Miguel Toña | EFE

Las futbolistas, que ahora reclaman un proyecto de selección más profesional y que cuide su salud, han ido venciendo pulsos por sus derechos en los siete últimos años

25 sep 2022 . Actualizado a las 09:27 h.

«Antes, el equipo femenino de un club entrenaba en el campo que sobraba, las horas que nadie quería y con alguien que quisiera dirigirlo», reflexionaba Irene Ferreras, entrenadora del Deportivo femenino, hace unas semanas en La Voz. Eran tiempos no muy lejanos en los que se cobraba no más de tres cifras en negro, por su puesto sin asegurar, y en los que incluso costaba entrenar uniformadas. En los siete últimos años, las jugadoras se han unido para ir ganando batallas. Sueldo digno en la élite, entrenadores cualificados y liga reconocida como profesional, entre otras. La última batalla por ganar, conseguir para la selección «un proyecto profesional para sacar el mejor rendimiento» y que «cuide la salud».

plante del 2015

Toda la selección en bloque pidió la dimisión de Quereda

El Mundial de Canadá del 2015 supuso un antes y un después para el fútbol femenino. Fue el momento en el que la selección española dijo basta y pidió poner fin a 27 años de Ignacio Quereda como entrenador. Se alegaba falta de preparación (fueron al Mundial sin haber jugado amistosos) y métodos arcaicos, además de un trato personal denigrante, como reconocieron las protagonistas años después. «No voy a dimitir. La planificación ha sido la correcta, y, si la tuviera que volver a hacer, sería la misma», se atrincheraba el seleccionador, de partida. Las jugadoras fueron constantes en su reivindicación y Ángel María Villar plegó ante la fuerza del grupo.

crisis del 2017

Primas inexistentes y dietas congeladas en la previa de la Eurocopa

La UEFA anunció el reparto de ocho millones de euros entre las 16 selecciones participantes en la Eurocopa de Países Bajos 2017. Pero la federación llegó a solo unos días de la cita sin ofrecerle primas a las jugadoras y con unas dietas congeladas desde el 2015, cuando las internacionales lucharon para que subieran de 25 a 40 euros/día (la nacional) y de 40 a 60 (la internacional), además de un plus de 150 euros por partido disputado y otros 150 por duelo ganado en compromiso oficial. Vero Boquete, una de las que más luchó y peleó con la federación, llegó a reconocer que antes solo cobraban 60 euros por ir con la selección. Poco a poco, año a año, las internacionales han conseguido que en la actualidad todo sea muy diferente. Hace unos meses, Luis Rubiales firmó con las capitanas un acuerdo histórico hasta el 2027, en el que se igualaban los porcentajes de las primas con los que recibe la selección masculina, en función del dinero generado.

huelga del 2019

El primer convenio colectivo para el fútbol femenino

Las futbolistas de Primera Iberdrola, entonces la máxima categoría del balompié femenino, fueron a huelga en el mes de noviembre del año 2019 para exigir la firma del primer convenio colectivo que regulara su actividad como trabajadoras del balón. Con el parón, después de muchos tiras y aflojas entre federación, clubes y sindicatos, las jugadoras consiguieron un sueldo mínimo de 16.000 euros brutos anuales; y subir al 75% la parcialidad mínima de la jornada laboral (así que al menos cobrarían desde ese momento 12.000 euros al año).

amenaza del 2021

Una Liga Profesional que costó ponerla a andar

Clubes y jugadoras consiguieron en el 2021 que el Consejo Superior de Deportes aprobara una competición profesional con personalidad jurídica propia y autonomía respecto a la Real Federación Española de Fútbol, como llevan disfrutando los hombres desde 1984. Sin embargo, las promesas y los anuncios políticos llegaron a desesperar a las protagonistas, que amenazaron con otra huelga en noviembre del 2021 si no se plasmaba de una vez por todas la liga. Hubo rápida reacción.

huelga de árbitras 2022

Espectadoras pacientes del choque Liga-RFEF

La creación de la Liga F, el nombre de la nueva competición profesional femenina que se ha puesto en marcha esta temporada, ha supuesto innumerables choques entre patronal (clubes) y federación, que las jugadoras han sufrido pacientemente. Desde no conocer el calendario hasta apenas un par de semanas antes, hasta no saber el número de descensos, hasta tan solo unos días antes de que el balón echara a rodar. También hubo una huelga de árbitras, que obligó a aplazar la primera jornada. Con ella, querían reivindicar su profesionalización, que finalmente consiguieron con condiciones mejores que el convenio colectivo vigente de las futbolistas.