Alcaraz contra Carlitos

DEPORTES

JASON SZENES | EFE

10 sep 2022 . Actualizado a las 18:39 h.

Tiafoe suspiró. «Nunca he jugado contra alguien que se mueva como él. Va a ser un problema durante mucho tiempo», asumió tras secarse las lágrimas de la impotencia. Alcaraz le dio vida, se la quitó luego para someterlo a un vilipendio cruel —con ráfagas de hasta once puntos consecutivos— y cuando asomaba su reacción extirpada desde el orgullo en el tie-break del cuarto set, lo engulló el vendaval. Tiafoe tiene una derecha vigorosa, que suma pujanza al primer saque y pierde fiabilidad si tiene que resistir con el segundo. Ahí tenía Alcaraz su partido, pero el exceso de impaciencia, queriendo reventar de volea los restos con un 15-40 en el 3-3 del primer set, prueba que en esa toma de decisiones, que regala maniobras tan estéticas como imprevisibles, capaces de volver del suelo en menos que el contrario pestañea para endiñarle un paralelo imposible, es capaz también de penalizar por acelerarse o recrearse.

Lo que hace a Carlos intratable es la cantidad de recursos que maneja desde el fondo de la pista hasta la red y esa vertiginosa manera de hacer viajar la bola, da igual los minutos de partido que acumule encima. Mientras Tiafoe, como le sucedió antes a Sinner, decidía qué dirección tomar para acabar con él, Alcaraz ya los había atropellado. Sinner era más rival que Tiafoe, y mejor que Ruud, con una inmerecida fama de pasabolas. Quizá por ello, el mayor enemigo que separe a Alcaraz de su primer grand slam sea el propio Carlitos.