Jorge Prado: «Con la moto hemos ido hacia atrás»

DEPORTES

VÍTOR MEJUTO

El piloto gallego no se conforma con el tercer puesto en el Mundial MXPG y lamenta los contratiempos físicos que sufrió y las prestaciones de su nueva máquina

10 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Completado su tercer año en el Mundial MXPG, la progresión de Jorge Prado (Lugo, 2001) es incuestionable. Sexto en su temporada de debut, quinto la pasada y tercero en la que acaba de poner punto y final en Turquía, el gallego no está satisfecho con la evolución. Los problemas físicos y una GasGas a la que no se ha terminado de adaptar han comprometido su pelea por el título.

—Hubo que apretar mucho para retener esa tercera plaza, ante el asedio de Coldenhoff y Reanux.

—En la última carrera estuve a punto de perderlo. Conseguí mantenerme en la segunda manga y cuando no se podía fallar, no fallé. No todo el mundo puede ser tercero, está al alcance de muy pocos. Podría pensar que no está mal. Pero sabiendo a lo que puedo aspirar, me sabe a bastante poco. Mi expectativa, tampoco me voy a engañar, era intentar ganar el Mundial y muchas más carreras de las que he ganado. A nivel deportivo es un año que me fastidia mucho, porque creo que podía haber dado mucho más de mí. Pero las cosas vinieron así.

—El inicio del campeonato no había sido del todo malo. Ya tenía su primera victoria —en Portugal— cuando llegó el primer contratiempo físico.

—En la octava prueba me lesioné el hombro entrenando y me perdí una carrera, la de Maggiora. En ese momento no tenía claro lo que podía tardar en volver. Llegué a temer que pudiera perderme la temporada. Me recuperé en un tiempo récord y competí ya en Cerdeña. Acabé segundo. Estaba contento porque iba ganando sensaciones, me iba encontrando algo mejor sobre la moto, y llegó lo de Lommel. Fue un golpe duro.

—Volvió a contraer el covid.

—Me contagié de nuevo y eso provocó que en las últimas tres o cuatro carreras sufriera mucho. No pude rendir bien. Me notaba muy cansado, no era capaz de recuperar bien. Hacía ejercicio y me fatigaba. Eso, en un deporte tan exigente como este, te deja fuera de paso. Fue una pena, me hubiera gustado acabar el año con más victorias, pero físicamente estaba fastidiado.

—Y a todo ello se suma una moto nueva —el modelo 2023— que no le ha terminado de convencer.

—No tiene nada que ver con la que llevaba pilotando los últimos seis años. No tenía referencias, y era prácticamente el único piloto en pista que llevaba esta moto. Ha sido complicado. Venía de una con la que creíamos que tenía problemas y ahora resulta que tenemos más de los que teníamos. En vez de dar pasos hacia adelante, nos quedamos estancados. Incluso podría decir que hemos ido hacia atrás, mientras otros equipos han ido avanzando. Nunca hemos sido realmente competitivos. No me he llegado nunca a sentir muy bien con ella, más bien lo contrario, y por ahí también llegaron los problemas. Cuando no estás a gusto te influye a la hora de cambiar trazadas, de ser mucho más ágil a nivel mental y poder dar tu 100%. Este año no he podido hacerlo con esa limitación.

—La evolución de la moto es un reto grande para el equipo de cara a la próxima temporada.

—Sí, y por ahora ha sido lenta. Hay que sacarle más partido. Este ha sido un año de aprendizaje, también para la fábrica. El año que viene, si queremos ser realmente competitivos, hay que cambiar muchas cosas. Hay tantas cuestiones que pueden influir, que habrá que ir descartando. El equipo está trabajando y se han hecho algunas modificaciones en las últimas carreras, pero mínimas. Espero que para el año sea todo diferente.

«Rubén es el piloto con el que más he competido»

A la temporada de Prado le resta una cita que, confiesa, le hace especial ilusión. Jorge ha sido convocado junto al vigués Rubén Fernández —séptimo en el Mundial y nuevo piloto de Honda— para representar a España en el Motocross de las Naciones, que se celebrará en Estados Unidos el 24 y 25 de septiembre.

—Correr con los colores de su país tiene que ser una experiencia.

—Claro que lo es. Es muy diferente, al final no corres con tu equipo de moto, lo haces con la selección nacional. Representar a España en uno de los eventos más grandes del motocrós es increíble. Acepto la presión de intentar llevar a mi país a lo más alto de podio.

—Se verá en el mismo equipo con su paisano Rubén Fernández.

—Sí, Rubén va a ser el otro piloto que corra en 450 —categoría MXOpen— y Guillem Farrés en 250 —MX2—. Somos los tres compañeros. Nos tenemos que ayudar entre nosotros. Con Rubén tengo una relación buenísima. Al final, nos conocemos de toda la vida. Cuando empecé a correr en motocrós, con seis años, ya estaba él. Seguramente sea el piloto con el que más he competido.

—¿Cómo llega a la última cita?

—Reventado. La verdad que el final de temporada está siendo complicado, también porque todos los problemas físicos acaban pasando factura psicológica. Se me ha hecho larguísima, me ha desgastado mucho tanto altibajo. Verme cada poco teniendo que recuperarme para no perder puntos. Cuando pase el Motocross de las Naciones voy a tener que tomarme un tiempo de descanso. Lo necesito. No estar siempre pensando en exprimirme. Luego volveré a por todas.