Óscar Viana: «Los clubes de ACB deberían apostar más por el producto nacional»

DEPORTES

Massimo Ceretti

El preparador físico gallego se proclamó campeón de Europa con la selección española masculina sub-20 de baloncesto

08 ago 2022 . Actualizado a las 19:58 h.

Rara vez falta un gallego detrás de cada éxito del baloncesto español. Y mucho menos cuando se trata de las selecciones de base. En esta ocasión fueron dos los que contribuyeron al título conquistado por el combinado masculino sub-20 en el Europeo disputado en Pogdorica (Montenegro). El compostelano Tomás Richartz fue el fisio de la expedición, y de poner al equipo a tono se encargó el preparador físico Óscar Viana (Ourense, 1977), que nació en la ciudad de As Burgas «por casualidad», creció en Monforte y Lugo y afincado en A Coruña desde que cumplió la mayoría de edad.

—No es la primera vez que conquista un gran título con España.

—Ya había estado en el oro en el Europeo de Helsinki (2016) con la generación de Jonathan Barreiro, que también es gallego, Santi Yusta, Yakuba Sima... Y justo el año anterior habíamos logrado la plata en Italia con Alberto Abalde, Juancho Hernangómez...

—¿Fue muy duro el camino hasta el trono?

—Hasta semifinales los partidos se nos pusieron de cara pronto y no sufrimos demasiado. En la semifinal ante Israel ya fue mucho más igualado todo y en la final, ante Lituania, en los últimos minutos el oro pudo haber caído para cualquier lado. Este título es un premio más que merecido al inmenso trabajo que hay detrás, no solo nuestro en este año sino también de los clubes y la federación desde mucho tiempo atrás.

—En el oro del 2011 el líder fue Mirotic, en el del 2016 el MVP se lo llevó Marc García, y en este último el madridista Juan Núñez fue elegido mejor jugador. ¿Qué futuro le augura a esta nueva remesa de jugadores?

—Su porvenir está en sus manos y en las de los clubes. Sería importante que los equipos les hicieran sitio, que los pusieran a competir y que confiaran en el producto nacional. Hoy [por el jueves] nos llevamos una gran sorpresa con la convocatoria para la absoluta de Núñez y Alderete, un premio doble al gran trabajo que se está haciendo en las selecciones de formación.

—¿En la Liga Endesa se apuesta lo suficiente por los jugadores nacionales?

—No soy yo la persona adecuada para valorar eso, pero creo que los clubes de ACB deberían apostar más por el producto nacional. Si queremos que el baloncesto español crezca todavía más, deberíamos dar el paso. Tenemos muy buenos jugadores aquí. Hay mucho talento y a nivel físico y táctico están muy preparados. También entiendo que un club que se esté jugando un título o la permanencia quiera jugadores con experiencia y con un bagaje competitivo más elevado del que puedan tener estos chicos.

—¿Cómo es la convivencia con jugadores tan jóvenes?

—Muy agradable y sencilla. Son jóvenes en edad, pero muchos tienen detrás una importante experiencia en grandes clubes. Juan Núñez ha disputado partidos importantes en la Euroliga con el Real Madrid, los jugadores del Valencia ya jugaron minutos en la ACB este año, hay jugadores del Estudiantes que intentaron hasta el último momento ascender a la Liga Endesa... Como decía, solo son jóvenes en edad, porque les sobra madurez deportiva y personal y se comportan como profesionales o casi profesionales.

—¿Cuál es su misión como preparador físico en un torneo tan corto y ya a final de temporada?

—Priorizamos sobre todo el trabajo de prevención de lesiones, que resultó un éxito porque nadie se perdió un partido de preparación ni de competición. Además, intentamos a recuperar a los jugadores del esfuerzo de toda la temporada y que lleguen en las mejores condiciones y lo más descansados posibles, dentro de unos mínimos, a las rondas finales del campeonato.

—Trabajó 10 años en el Liceo de hockey sobre patines y seis en el Obradoiro. ¿Guarda buenos recuerdos de esas etapas?

—Sí, sí, muy buenos. Al Liceo le estaré eternamente agradecido porque fue el primer club profesional que me dio la oportunidad de trabajar, y al Obradoiro exactamente igual. Fue mi paso al baloncesto desde el hockey sobre patines. Estaba Chete Pazo de director deportivo, que fue el que me llamó, y Raúl López de presidente, y fueron los que me abrieron las puertas del maravilloso mundo del baloncesto.

—¿No le gustaría volver a la rutina del día a día en un equipo?

—De vez en cuando me pica el gusanillo, pero es complicado. En Galicia hay solo dos o tres clubes y tienen la plaza de preparador físico muy bien cubierta. Además, tengo un centro de entrenamiento personal y fisioterapia en A Coruña y es difícil compaginarlo.