St. Andrews, un campo mítico algo indefenso

Manuel Piñero

DEPORTES

RUSSELL CHEYNE | REUTERS

16 jul 2022 . Actualizado a las 21:54 h.

Llega el Open a un desenlace precioso entre dos jugadores por los que, además, siento predilección. Pero me gustaría hacer una reflexión más allá de la competición. Un campo como el Old Course de St. Andrews, la cuna del golf, merece que se priorice su identidad, y no que se le deje tan indefenso para facilitar el juego de los aficionados que lo disfrutan a diario como el campo público que es. Al recorrido se le han amputado zonas de peligro en varias partes. Así lo lamenté cuando presencié allí el triunfo de Tiger en el 2005. Había elementos que ayudaban a penalizar los malos golpes, mientras que ahora, eliminado ese hazard, importa menos si se conecta una mala salida. Sucede en varios lugares del campo. Por ejemplo, entre las calles del 9 y del 10 se suprimió la maleza que castigaba un primer golpe defectuoso. También se eliminaron los arbustos en la zona que separa las calles del 3 y del 14, que penalizaban las escapadas desde ambos tees. Y también había en el 17 más peligros por la izquierda que han desaparecido. Ahora el campo ha quedado más indefenso. Una pena.