Matthews brilla en Mende con luz propia y Vingegaard retiene el amarillo

Carlos de Torres EFE

DEPORTES

YOAN VALAT | EFE

Pogacar atacó al inicio de la etapa de Mende y en la última subida, pero el danés aguantó las acometidas

16 jul 2022 . Actualizado a las 18:25 h.

El australiano Michael Matthews, Míster Bling, brilló con luz propia con una gran victoria en solitario en la decimocuarta etapa del Tour de Francia disputada entre Saint Etienne y Mende, de 192,5 km, en la que el danés Jonas Vingegaard aguantó los ataques de Pogacar para mantener intacto su maillot amarillo.

Matthews (Canberra, 31 años), dos veces segundo en este Tour, logró su ansiada victoria en solitario, la cuarta en su palmarés en la grande boucle, siendo el mejor de la escapada de 23 corredores de la escapada del día. Aterrizó en el aeropuerto de Mende con tiempo para desplegar su coreografía particular, feliz, incrédulo, brazos en alto, con un tiempo de 4h.30.53, a una media de 42,6 km/hora.

Mister Bling, un apodo que resume su afición a llevar bisutería llamativa, relucientes, como pulseras, pendientes o collares, brilló como el oro bajo el cruel sol de Occitania. Sus arrancadas en la Subida Jalabert le permitieron doblegar al italiano Alberto Bettiol (EF Education) por 14 segundos y al francés Pinot en 34. El español Marc Soler se quedó con la medalla de chocolate a 49.

Hubo protagonista español con la presencia de Luisle Sánchez, pero el murciano, que lo intentó, terminó hundido a 1.41 minutos. El pelotón llegó desperdigado, con Pogacar y Vingegaard juntos, pegados, a 12.34 minutos, todo un mundo, pero ambos lograron meter tiempo a otros rivales. Quintana y Geraint Thomas se dejaron 17 segundos y Enric Mas, que al final no estuvo delante, 38.

Tablas en lo más alto de la general. Vingegaard mantuvo a raya a Pogacar, ofensivo al principio y al final subiendo al aeródromo. El esloveno no se despega del danés ni un metro. No hay concesiones. El líder del Jumbo lidera el Tour con 2.22 sobre el doble ganador del Tour, y aventaja en 2.43 a Thomas, 3.01 a Bardet, 4.06 a Yates, 4.15 a Nairo Quintana y en 9.58 a Enric Mas.

Salida frenética, Pogacar ataca y el Jumbo en guardia

Apenas se dio el banderazo de salida la etapa se volvió loca. Múltiples ataques de inicio, algo que puede ser habitual, pero no lo es tanto que los hombres de la general ataquen a fondo. Pogacar, herido y con sed de venganza desde su maldita cumbre del Granon, donde perdió el maillot amarillo, pasó a la ofensiva y encendió todas las alarmas en el Jumbo del líder, que enseguida blindó a Vingegaard.

El pelotón quedó roto en el primer aviso del esloveno, quien se siente raro con el maillot blanco de mejor joven, alejado del jersey que acredita al patrón de la carrera. Un segundo experimento llegó en la subida a la Cota de Saint-Just-Malmont (3ª), otro latigazo de Pogacar, que esta vez logró que uno de los efectivos del Jumbo, Primoz Roglic, quedara rezagado.

Con toda la etapa por delante se calmó el ambiente bélico entre los favoritos, y fueron los aventureros los que tomaron la palabra. Se una enorme expedición de 23 en el km 40, con los españoles Marc Soler y Luisle Sánchez, el colombiano Daniel Martínez, Kämna, Konrad, Mühlberger (Movistar), Geschke, Küng, Pinot Meintjes, Bettiol, Powless, Urán, Mollema, Fuglsang, Woods, Matthews....un proyecto interesante que no preocupó al pelotón, que dio luz verde.

Matthews un avión en Mende, tablas entre Vingegaard y Pogacar

La fuga empieza a desintegrarse en la subida a la Cota de la Fage (3ª), donde se destacan Luis León, Kroon, Matthews y Grobschartner, con Soler, Daniel Felipe y Kamna, Pinot en la persecución. La presencia de Luisle permitió soñar al ciclismo español con cortar la racha de 4 años sin ganar, 84 etapas en el Tour, desde que Omar Fraile, precisamente en Mende, se impuso en el 2018. Anteriormente lo hicieron otros dos españoles, Marcos Serrano y «Purito» Rodríguez.

La Cota de la Nueva Cruz, (2ª,3 km al 10,2) conocida desde 1995 como Subida Jalabert por el triunfo en solitario del ciclista francés del ONCE, aquel día vistiendo el maillot verde, prometía espectáculo, por la etapa y por la posible lucha entre la alta jerarquía.

Por delante atacó Matthews con virulencia, le siguió Bettiol, abriendo hueco, pero el ciclista aussie no se rindió, apretó los dientes y después de hacer la goma un buen rato, se recuperó para ponerse al frente. Ya no le iba a ver nadie el pelo, ni los collares ni pendientes.

Matthews, corredor que ganó el Mundial sub-23 en el 2010 y más tarde 3 etapas de la Vuelta y 3 del Giro, impuso su clase, que se manifiesta sobre todo cuando hay cuestas cerca de meta. Firmó la etapa más brillante de su palmarés, que acumula ya 39.

Los favoritos esperaron a la última subida para mostrarse. Pogacar se decidió a atacar a 3,5 de meta. Se le pegó Vingegaard, y como buenos amigos llegaron de la mano. Por aquello del orgullo, el esloveno esprintó en la pista de aterrizaje. Ese duelo sí se lo ganó al danés. Pero nada más.

Este domingo se disputa la decimoquinta etapa entre Rodez y Carcasona, de 202,5, la segunda más larga de la presente edición. En el trayecto solo dos cotas de tercera categoría. Jornada propicia para aventureros sin descartar un esprint.