Pogacar, ante lo desconocido

Iñaki Izquierdo COLPISA

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Las once veces que el esloveno se ha puesto líder de una vuelta antes de este Tour ha terminado por ganar la carrera

15 jul 2022 . Actualizado a las 21:45 h.

El Tour aguarda la remontada. Un Tadej Pogacar (UAE) salvaje, desatado y volador para recuperar el maillot amarillo, que ahora viste Vingegaard (Jumbo), pero que el esloveno siente suyo. Por derecho, por fe, por autoridad. Tras el impactante paso por los Alpes, el Tour es la expectativa de esa remontada. Pero Pogacar carece de certezas en esta empresa. Se enfrenta a lo desconocido porque nunca se ha visto obligado a recuperar un maillot de líder. A lo largo de su carrera se ha colocado al frente de la clasificación general de una vuelta en once ocasiones. En la Vuelta al Algarve y Vuelta a California, en el 2019; en la Volta a la Comunitat Valenciana y Tour de Francia, en el 2020; en el UAE Tour, Tirreno-Adriático, Vuelta a Eslovenia y Tour, en el 2021; y en el UAE Tour, Tirreno-Adriático y Vuelta a Eslovenia, este año.

Las once veces consiguió el triunfo final. Solo en la Volta a la Comunitat Valenciana del 2020 cedió el liderato un día, y fue por el puestómetro ante Jack Haig en la tercera etapa. Ambos estaban en el mismo tiempo. En la jornada siguiente, Pocagar volvió a ser líder tras ganar en la Sierra de Bernia, en Calpe, y ya no soltó el maillot amarillo.

Ahora, tiene ante sí un reto de muy distinto calibre. Tras sufrir, a los 23 años, la primera gran derrota de su carrera está a 2:22 en la general y ante sí tiene siete etapas para armar una estrategia y tratar de cumplirla. De un ciclista llamado a marcar una época se espera esa capacidad de reacción, pero Pogacar no se lleva a engaño y conoce a lo que se enfrenta. Tampoco en el cuartel general del UAE. El mánager del equipo ha acertado con la frase para describir la situación con exactitud: «El problema es que Vingegaard tiene dos equipos, el Jumbo y Van Aert».

El esloveno no podrá devolver el golpe a los holandeses, ya que carece de equipo para montar una estrategia colectiva. En el mejor de los casos, podrá apoyarse en Majka, McNulty y Soler en los Pirineos. El danés ya predijo en la meta de Alpe d'Huez que el Tour, al final, se verá abocado a un mano a mano entre ambos. A un solo golpe. Hasta ahora, Pogacar solo ha sacado ventaja al danés en la contrarreloj (8 segundos), en la etapa de los adoquines (13) y en las bonificaciones (8). Debe remontar 2:22.

Pogacar ganó su primer Tour en el 2020 gracias a una remontada increíble en la penúltima etapa, en la contrarreloj de la Planche des Belles Filles. Estaba 57 segundos detrás de Roglic (Jumbo) y le sacó 1:56. Pero la situación no tiene nada que ver con aquella. Entonces, era un outsider, al que le perdonaron el 1:21 que perdió junto a Mikel Landa en Lavaur, antes de los Pirineos, y se fue metiendo en carrera. No llegó a ser líder en ningún momento y fue él quien asaltó el amarillo, al revés de lo que le ha sucedido ahora.

La crono del penúltimo día

A este Tour también le queda una crono el penúltimo día. Esta vez, llana y larga, de 40,7 kilómetros. Pogacar es mejor contrarrelojista que Vingegaard, pero no puede pensar en restarle 2:22. Tampoco en su victoria de 2021 se encuentran paralelismos con la situación presente. Sentenció el Tour en Le Grand-Bornand con un ataque a 30 kilómetros de meta y no hubo más historia. Vingegaard, en aquel momento, se estaba recolocando en el escalafón de su equipo y de la carrera tras la caída de Roglic unos días antes.

El danés aún no contaba con el cartel de aspirante, pero ya era un corredor conocido. «Logré mi primer resultado de verdad en la Vuelta al País Vasco del 2021 (2º) y la presencia de Roglic fue clave aquella semana. Me estaba metiendo presión a mí mismo y él me dijo que me lo tomara con calma». Cazaron a McNulty y a Pogacar en el descenso de Elgeta y acabaron primero y segundo en Arrate. La única derrota de Pogacar antes del Granon. En la montaña eibarresa acabó la Itzulia y Pogacar no tuvo margen para reaccionar. Ahora le quedan siete etapas.

Mads Pedersen da una lección para ganar

Una caída y una clase práctica de cómo manejar una carrera marcaron la etapa de Saint-Étienne, en la que se le vieron las costuras a medio pelotón. Cada vez que se aceleraba, en cabeza se quedaban cincuenta. El resto hacía lo que podía bajo un calor terrorífico.

La caída fue la de Caleb Ewan, que apartó al Lotto de la caza y dio alas a la escapada. La clase práctica corrió a cargo de Mads Pedersen (Trek), campeón del mundo en el 2019 y un ciclista que siempre da gusto ver correr. El danés manejó los tiempos de la fuga, al paso cuando convenía y apretando cuando había que sujetar los arreones del pelotón. Y, una vez asegurado el triunfo para los de cabeza, lanzó el ataque definitivo para sorprender a Filippo Ganna (Ineos) a poco más de diez kilómetros de meta. Se quedó con Fred Wright (Bahrain) y Hugo Houle (Israel), a los que superó con facilidad.