Tiger iza la bandera del golf clásico

DEPORTES

PAUL CHILDS

En su emotivo regreso a St. Andrews para el Open Británico del 150 aniversario, proclama un alegato a favor de los torneos tradicionales y contra la liga saudí

13 jul 2022 . Actualizado a las 09:01 h.

Tiger Woods jugó su primer Open —a secas, así se denomina el británico, en realidad— en 1995 en St. Andrews. En el mítico Old Course, la cuna del golf, ganó con ocho golpes de margen en el año 2000, entonces su segunda parada hacia su particular hazaña, encadenar los cuatro grand slams seguidos aunque no en un mismo año del calendario. Y allí, junto a los acantilados de una de las ciudades más bellas de Escocia, volvió a levantar la Jarra de Clarete en el 2005. Desde este jueves allí compite otra vez (Movistar +) el mismo Tiger que siente veneración por la tradición y un escenario emblemático, pero también uno diferente, el que a sus 46 años regresa a cada campo convirtiendo su participación en una prueba de resistencia, después de la operación de reconstrucción de su pierna derecha tras su trágico accidente de febrero del 2021.

Renqueante, Tiger renunció al US Open de Brookline, el mes pasado, para asegurar su presencia en el Open del 150 aniversario, que la rotación de sedes devolvió a St. Andrews. Viajó a las Islas Británicas diez días antes del torneo, jugó un pro-am en Irlanda, se paseó sonriente por varios campos con Rory McIlroy, mostró su cara más accesible... Y ya en el Old Course, adonde llegó el sábado pasado, con un margen amplísimo, se fotografió el lunes junto a Jack Nicklaus en el Swilcan Bridge, el puente más icónico del campo, con la casa club del Royal and Ancient al fondo. Tanta nostalgia, tanta devoción... ¿tenía truco? ¿Era un mensaje sobre una posible despedida? Tiger lo desmintió ayer entre carcajadas.

«¿Retirada? ¿Yo? No, no. Como sabéis, no voy a jugar un calendario completo, que es lo que me gustaría, pero nada más. Nadie sabe lo que puede pasar. Puedo pensar que igual es mi último Open en St. Andrews a un nivel alto, eso sí. No sé qué pasará cuando el Open vuelva aquí, no lo sabe nadie, pero nada más», proclamó Woods, en un ejercicio de sinceridad.

Tiger, con 15 grand slams por los 18 de Nicklaus, sabe que tiene pocas opciones de ganar en St. Andrews. Pero esta vez su discurso retumbó no por sus reflexiones sobre sus opciones, sino porque izó la bandera del golf clásico, defendió el legado del PGA Tour y el circuito europeo para criticar el fondo y la forma de los torneos de LIV Golf, el calendario de capital saudí.

De entrada, defiende la meritocracia de los torneos abiertos, las normas claras de clasificación, la igualdad de oportunidades que brindan los principales circuitos del mundo, a diferencia de LIV Golf, donde por ahora se compite por invitación. Y reniega de su formato a tres jornadas y solo 54 hoyos, con contratos con premios garantizados más allá de los resultados, y de la parafernalia de música con la que se acompañaron las primeras citas, en Londres y Portland.

En la segunda prueba del circuito saudí se reunieron una gran cantidad de jugadores de primer nivel pero que frisan el umbral de edad en el que dejan de ser competitivos: Phil Mickelson, Sergio García, Lee Westwood, Ian Poulter... Pero también jóvenes sin experiencia en los grandes, como el español Eugenio López Chacarra, que dejó el campo aficionado para debutar como profesional en LIV Golf.

Y ahí es donde Tiger lanza otra advertencia. Esos jóvenes jugadores pueden quedarse fuera de los grand slams. Pueden quedarse sin disfrutar de semanas como la del Open de St. Andrews.

Más dinero en premios y veto a Greg Norman

El Open Británico del 150 aniversario eleva su dotación en premios en más de un 20%. El ganador recibirá 2,5 millones de euros. Nunca hasta ahora había recibido un cheque de semejante dinero. Para el Royal and Ancient, la organizadora del cuarto grand slam del año, cualquier decisión debe respetar un equilibrio. El de permitir sus acciones de promoción del golf y, al mismo tiempo, incentivar la victoria con un talón acorde al prestigio del torneo. «Los premios crecen en más del 60% desde el año 2016. Hemos realizado esta inversión al mismo tiempo que equilibramos nuestro compromiso para desarrollar el golf a todos los niveles en todo el mundo», razonó el director ejecutivo del R&A, Martin Slumbers.

El cambio, en todo caso, no se puede desgliar del terremoto que ha producido la irrupción del circuito saudí, el LIV Golf, en todas las instituciones. Cada uno de los dos campeonatos ya disputados otorgaban cuatro millones de euros al ganador individual.

Branden Grace, campeón en Portland, totalizó 6,5 millones de ingresos por los dos torneos celebrados hasta ahora de LIV Golf —el circuito había comenzado en junio en Londres—, entre las ganancias de la clasificación individual y la prueba por equipos.

Entre los grand slams, el US Open continúa como el que mejor recompensa al ganador a nivel económico, con 3 millones de euros.

El Open del 150 aniversario tiene una ausencia. Greg Norman. No fue invitado a los actos, como sí sucedió con el resto de campeones porque su papel como imagen del circuito saudí podía generar una controversia que en cierto modo interfiriese en lo esencial, la efeméride en St. Andrews. Y Tiger, también en eso, le dio la razón al Royal and Ancient: «Greg ha hecho algunas cosas que no van en el mejor interés de nuestro juego, y estamos probablemente en el lugar más histórico y tradicional de nuestro deporte. Creo que [el veto] es lo correcto».

Tres españoles en competición

El Open cuenta con tres españoles en su edición número 150: Jon Rahm, Adri Arnaus y Sergio García. Rahm jugará, además, un partido muy atractivo durante las dos primeras jornadas, emparejado junto a Jordan Spieth, ganador del «major» británico en el 2017, y Harold Varner III (el jueves, a las 16.10 y el viernes a las 11.09). García, que ha sido diez veces top-10 en el Open, no llega esta vez en su mejor momento de forma, después de caer al puesto número 68 de la clasificación mundial, y jugará junto a Stewart Cink y el amateur Aaron Jarvis (13.53 horas) antes de establecerse el corte el viernes porla tarde. Arnaus, por su parte, quedó emparejado con Ernie Els —ganador de cuatro grandes, incluidos dos British— y Brad Kennedy (10.25 horas). La organización reservó un partido interesante para Tiger Woods, que compartirá jornada con el flamante ganador del US Open, Matt Fitzpatric, y Max Homa, número 19 del ránking (15.59 horas).