Alonso, víctima de los fallos endémicos de Alpine

David Sánchez de Castro MADRID / COLPISA

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Con dos problemas de fiabilidad graves en Austria, la escudería demostró que todavía tiene mucho trabajo por delante, sobre todo en el lado del piloto asturiano

11 jul 2022 . Actualizado a las 17:27 h.

Una de las frases que más ha retumbado en el paddock del Red Bull Ring durante el Gran Premio de Austria la emitió Fernando Alonso antes incluso de la carrera del domingo. «Nos han costado 50 o 60 puntos», señalaba, sobre la sangría que ha supuesto la falta de fiabilidad y los grandes problemas que ha padecido desde que empezó la temporada. Es difícil establecer un número concreto, porque si se va al detalle, puede superar la veintena. Con brocha gorda, se pueden numerar diez fallos de Alpine en once Grandes Premios, justo la mitad del calendario.

Alonso suma 29 puntos cuando su compañero tiene 52, y ambos pueden estar seguros que podrían tener bastantes más de haber contado con un coche y un equipo a la altura de las expectativas. Alonso es el que se está llevando más golpes. La suerte le está atizando con ganas, pese a que es consistentemente más rápido que su compañero. Tanto en clasificación como en carrera, de manera más o menos constante, está rodando unas dos o tres décimas de media mejor que el francés. Sin embargo, tiene la mitad de puntos. Cuando no es el motor es la estrategia, cuando no es el muro o piezas defectuosas, como la de dos euros que le costó un posible podio en Australia o la tuerca que se soltó este domingo y que le hizo caer del séptimo al décimo. Son muchos puntos perdidos y pocos son achacables al asturiano: él hace lo único que puede hacer, que es pilotar.

Como un maestro de baile que sale a la pista con una persona con dos pies izquierdos, Alonso no puede llevar el ritmo en condiciones si la otra parte no responde. No ha habido un fin de semana en el que haya salido todo bien, porque incluso en Silverstone, donde el español logró su mejor resultado de la temporada, no dieron la vuelta de clasificación en lluvia en el mejor momento de la pista. Si al menos el coche fuera potencialmente ganador.

La renovación en el horizonte

Que salgan a un error, como poco, por Gran Premio, no es aceptable para un piloto como Fernando Alonso, al que temen, admiran y respetan a partes iguales en la parrilla. Solo hay que ver la bronca que le echó el asturiano a Yuki Tsunoda a 200 km/h cuando este le echó de pista para defender la posición. Esos galones y la propia competitividad que demuestra carrera tras carrera hacen que Alpine quiera renovarle. En teoría está todo pactado, toda vez que han conseguido encasquetarle a Williams a Oscar Piastri (junto a los motores Renault), por lo que solo falta la firma, que no es poco. En Fórmula 1 no hay renovación ni contrato hecho hasta que no se hayan firmado negro sobre blanco, y a día de hoy no hay nada.

Tanto Alonso como Alpine se han citado para después del verano, cuando previsiblemente anunciarán la continuidad de su relación hasta 2023 (quizá otro año más), salvo que el piloto se eche atrás. Opciones no tiene muchas. Aunque pueden quedarse huecos en la parrilla, como uno en Mercedes (Lewis Hamilton no tiene claro si seguir) u otro en Aston Martin (Sebastian Vettel se está planteando seriamente colgar el casco), Alonso sabe que es Alpine el hogar donde puede crecer, aunque sea una casa construida sobre arena. Quizá las próximas carreras antes del parón, en Francia y Hungría, le den un poco de perspectiva sobre cuál puede ser su mejor destino para la que puede ser una de sus últimas temporadas en Fórmula 1.

Alpine y Alonso necesitan confianza mutua. Toda relación se basa en ello, y mientras el asturiano sí está respondiendo, el equipo está quedando muy retratado. No sería descartable que, incluso, Alonso decida dar un volantazo y mire otros horizontes. Queda media temporada por delante aún y la escuadra de Enstone aún tiene margen para pulir esas aristas que están evitando ese salto de calidad que potencialmente pueden dar. Otro asunto es que quede paciencia. Prueba de ello, el mensaje de radio de Alonso a su equipo cuando entraba en la meta del Red Bull Ring: «¿Podíamos haber sido sextos o séptimos? Sin palabras. Es difícil de entender muchas cosas esta temporada. Vamos a intentar tener una mejor segunda parte», pidió el piloto.