—Tras haberlo ganado todo con el Burela los últimos años, ¿qué valor le da a esta Eurocopa?
—Es totalmente diferente. Jugar la final de una Eurocopa con la selección no es comparable con nada. Es la mejor experiencia deportiva que he podido tener en mi vida.
—Y con todos los reconocimientos individuales que tiene, ¿qué la motiva a nivel personal?
—Adoro el futsal. Es mi pasión, mi forma de vida. Todo gira en torno a él... Simplemente es eso. Me chifla jugar y eso es lo que hago desde hace veinte años que debuté en Primera División: jugar y competir. Lo llevo en la sangre.