Yulenmis Aguilar, de expulsada de la selección de Cuba a marcar récord de España

DEPORTES

MARCOS MÍGUEZ

A la espera de regularizar la nacionalidad, la atleta recompone su vida

24 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando la vida te cierra una puerta te abre una ventana. Eso dice el refrán como consuelo cuando algo malo te ocurre, pero quizás sería el perfecto ejemplo para definir la carrera de Yulenmis Aguilar (Cuba, 1996). La atleta acaba de lograr el récord de España en lanzamiento de jabalina con un registro de 64,17 metros, marca que la situó como sexta en el ránking mundial de lanzamiento del 2022. Esta quizá sería la ventana de Yulemnis. Pero todavía está semiabierta. La burocracia frena la apertura completa, puesto que está pendiente de los papeles que le permitan nacionalizarse española para que sus resultados puedan registrarse.

Hasta el momento actual, la deportista cubana ha vivido «un verdadero infierno», como ella misma define. «Empecé a competir y fui campeona nacional en todas las categorías en Cuba», relata. Su hombro derecho le daba problemas, pero ella seguía trabajando como si nada le pasase. Desde los 13 años, la atleta ha sido un auténtico portento. A pesar del dolor, su brazo era poderoso y todo apuntaba a una carrera de éxito. Tanto es así, que nadie ha sido capaz de arrebatarle todavía el récord del mundo en categoría sub-20, logrado en el 2015 con un registro de 63,86 metros.

Entonces comenzaron las lesiones. Un calvario en las rodillas, los hombros y los codos, que llevó al equipo nacional a expulsarla. Lesionada y sin poder competir en su pasión, Yulenmis se vino abajo. «Pensé en dejarlo completamente. De hecho me aparté durante cinco meses. No quería saber nada del deporte. Entré en depresión y comencé a subir mucho de peso», explica la atleta.

Galicia cambió su vida

Un punto de inflexión llegó a su vida. Tocaba tomar una decisión para salir del pozo en el que se había instalado. Comenzó entonces a entrenarse con un técnico que «no era de mi especialidad, pero me asesoraba en la parte física», explica Yulenmis. Poco después, apareció su ángel de guarda. Uno con nombre y apellidos. Al otro lado del charco, en Oleiros, Raimundo Fernández lleva toda una vida dedicado a esta disciplina y dirige la Escuela de Lanzadores de A Coruña. «Desde hace muchos años mantengo una estrecha relación con el equipo cubano. Ya en la década de los 90 venían deportistas a hacer concentraciones aquí, y se creó una amistad con antiguos entrenadores», relata Raimundo.

Fruto de esos contactos, Yulenmis llegó a él. «Ella me llamó, me contó su situación y me pidió si la cogía para entrenar», explica. El 31 de diciembre del 2020, la atleta aterrizó en A Coruña. «Llegó en muy malas condiciones. Tenía las rodillas y los brazos destrozados. Sus primeros seis meses aquí fueron un calvario de fisioterapeutas, médicos y rehabilitadores», cuenta su entrenador.

Tras un arduo trabajo de reeducación del movimiento, poco a poco han ido consiguiendo que sus piernas se fortalezcan. «Está acostumbrada al esfuerzo, con un talento innato que ahora está saliendo del túnel», explica orgulloso.

La última piedra en el camino que le queda es la de la burocracia. La atleta cubana, que firmó este año su primer contrato profesional con el Club Atletismo Valencia, está pendiente de poder nacionalizarse como española para poder competir y registrar sus marcas. Con un proceso más lento de lo esperado por la falta de citas, espera conseguirlo pronto y que la Federación le eche una mano. Sin metas a corto plazo, su objetivo es olímpico. La pretensión de Yulenmis es estar en París 2024 y regalarle una medalla a España, el país que le ofreció una segunda oportunidad.