Estuvo sublime al resto, prácticamente incontestable, con un 50 % de puntos ganados al resto y con más de un 70 % puestos en juego. Esto, ante un sacador de la talla de Otte, es impresionante. Como lo es también romperle siete veces el saque, forzarle 20 pelotas de rotura y cometer solo siete errores no forzados.
El triunfo se coloca como el más veloz de su carrera en Grand Slam, por encima del que se apuntó en primera ronda de Roland Garros hace unas semanas contra Juan Ignacio Londero en una hora y 54 minutos.