La policía francesa, también por orden de la Fiscalía de Nápoles, actuó también en busca de documentos relacionados que puedan esclarecer el fichaje de Osimhen y el de otros cuatro jugadores que fueron traspasados del conjunto italiano al francés en el mismo mercado de fichajes y que están bajo sospecha: Orestis Karnezis, Claudio Manzi, Ciro Palmieri y Luigi Liguori (los tres últimos del segundo equipo), por los que el Lille pagó en total al Nápoles una cifra cercana a los 20 millones de euros.
Además del directivo, su esposa Jacqueline Baudit, su hijo Edoardo y su hija Valentina también han sido inscritos en el registro de sospechosos de la Fiscalía de Nápoles, según apuntan los medios locales. De Laurentiis vuelve a ser investigado tras la polémica de las plusvalías en Italia. El pasado mes de abril la Fiscalía de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) ya acusó a varios equipos de la Serie A, B y C de aumentar el valor de mercado de los jugadores para generar mayores ingresos al transferirlos.