El futuro del Leyma: una apuesta por la continuidad con la ACB en el horizonte

DEPORTES

MARCOS MÍGUEZ

Apremia para contratar a un entrenador antes de que se resuelvan los contratos de los jugadores que desea negociar

21 jun 2022 . Actualizado a las 20:40 h.

El pasado domingo, el Girona de Marc Gasol certificó su ascenso a la ACB después de una eliminatoria a cara de perro en la que dejó por el camino al Leyma. El efecto inmediato es que Diego Epifanio, entrenador de su rival (el Estudiantes) se ha quedado en el paro. Había llegado al equipo madrileño después del despido de su predecesor tras una contundente derrota del cuadro estudiantil, precisamente, a manos del Leyma.

En esa rueda de mercado se tendrá que mover el club naranja con premura para cerrar en las próximas horas al sustituto de su entrenador en las tres últimas temporadas, Sergio García. La urgencia está motivada por la expiración a finales de mes de ciertas condiciones contractuales de algunos jugadores con los que el Leyma desea sopesar su continuidad, como podría ser el caso de Lofberg, Soluade, Diagne (aunque tiene contrato en vigor más allá del 30 de junio), Álex Hernández (que se recupera de una lesión de larga duración de la misma manera que en su momento sucedió con Peciukevicius) y Monaghan, uno de los estandartes de identidad en los últimos años.

Desde el club naranja se trabaja para mantener el presupuesto en el límite del millón de euros, sabiendo que aún siendo generoso, está lejos de las cifras que manejan los más ricos de la categoría, que podrían incluso triplicar al del Leyma, lo que les sitúa como favoritos a un ascenso a la ACB que todavía es un sueño en A Coruña. El dinero, sin embargo, no es el factor de mayor peso a la hora de tomar la decisión sobre qué entrenador se sentará en el banquillo, ya que, debido a la estructura del club, sin director deportivo (como la mayoría en la LEB Oro), desde la directiva se trabaja más en un perfil de entrenador que en un nombre concreto.

Dentro de los parámetros que maneja el club, encajaría un entrenador español, con capacidad de gestión de grupo (para mantener el nivel de competitividad ante rivales teóricamente inferiores y no dejarse por el camino victorias que después resultarían decisivas de cara a la eliminatoria) y, sobre todo, que fuese gran conocedor de la categoría para poder cribar el mercado en busca de los jugadores oportunos. Cercanos a este retrato robot eran Tito Díaz y el propio Sergio García, dos de los tres técnicos que estuvieron en el Leyma desde la llegada de la actual directiva (el tercero fue Gustavo Aranzana).

Se multiplican los ofrecimientos y el Leyma tiene por norma escuchar todas las propuestas, de manera que se vincularon al club naranja nombres como el de Natxo Lezkano (extécnico del Breogán, que fichó por el Andorra), Alberto Blanco (del Krasnodar ruso), Moncho López (que acaba de dejar Portugal para irse a Japón), Andreu Casadevall (coordinador de base del Valencia), Gonzalo García de Vitoria (expreparador del COB), Josep María Berrocal (Prat), Óscar Quintana (que estaba en el Andorra) y el propio Epifanio.