Fitzpatrick repite su rutina para ganar el US Open en Brookline

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AMANDA SABGA | EFE

El jugador inglés consigue su primer grande en el mismo campo donde había logrado el US Amateur del 2013, de nuevo alojado en la casa particular de los Fultons, una vivienda alejada de lujos

20 jun 2022 . Actualizado a las 01:12 h.

El pulso por el US Open vuelve a empezar para los colíderes en el hoyo 11. Un rincón de The Country Club, en Brookline, a las afueras de Boston, que no se dibujaba en un campeonato de esa forma, con ese tee en alto y ese green a 120 metros escasos, desde 1913. Allí pinchan su bola los dos aspirantes que habían abierto el domingo empatados con cuatro golpes bajo par, el texano Will Zalatoris, de 25 años, y el inglés Matt Fitzpatrick, de 27. Ambos sin victorias de grand slams hasta el momento, y ambos de nuevo igulados, ahora con -5 después de arañar otro impacto cada uno en las 10 primeras calles. De esa bandera que señala un test de precisión y tacto, la del emblemático 11, sale disparado el norteamericano con un birdie, y penalizado el británico con un bogey. Pero no estaba todo dicho aún, más bien al contrario, en un carrusel de aciertos y errores en un recorrido plagado de trampas. Dos calles más tarde, saliendo del green del 13, habían vuelto a empatar, y otras dos más tarde, al abandonar el 15, Fitzpatrick mandaba con dos impactos de ventaja. Pero el título se lo tuvo que ganar el inglés en el 18, después de una salida que terminó en el bunker y un golpe soberbio desde la arena. El título premia la valentía y la precisión del británico, certero con el putter hasta firmar una tarjeta de -2 el domingo para -6 en total, con un golpe de ventaja frente a Zalatoris y el número uno del mundo, Scottie Scheffler, el tercer invitado en un desenlace tenso y emocionante.

Fitzpatrick tiene motivos para sentirse cómodo en Boston. En este mismo campo había ganado en el 20013, cuando tenía 18 años, el US Amateur, uno de los grandes torneos para aficionados. Entonces había jugado con su hermano, Alex, como cadi, y con el hotel reservado tan solo hasta los cuartos de final. Después, la organización le buscó acomodo en la casa de los Fultons: Will, Jennifer y sus tres hijos, Sam, Annabelle y George. Esta semana volvió a instalarse en el mismo domicilio de una familia con la que permaneció en contacto desde entonces un jugador que peleaba por un cheque de más de tres millones de dólares.

La paradoja de Zalatoris

La historia, una anomalía en la burbuja en la que viven los mejores golfistas del mundo, convierte a Fitzpatrick en un jugador querido durante el US Open. Su candidatura al título la amenaza un francotirador, un jugador dotado de un juego corto de una precisión casi única, y también un misterio, porque el talento de Zalatoris emerge, sobre todo, en los grand slams. No ha celebrado título alguno en el PGA Tour, pero en cinco de sus siete majors como profesional acabó entre los ocho mejores. Se le resiste, eso sí, la victoria. A Boston, el también subcampeón del Masters del 2019 llegó después de ceder en el desempate de hace un mes en el Campeonato de la PGA.

Entre Zalatoris y Fitzpatrick se coló durante casi todo el domingo Scheffler. El número uno del mundo encuentra todos los caminos hacia el hoyo en la primera mitad de su recorrido, pero modera luego su exhibición para quedarse a un solo golpe del campeón.

Al defensor del título, Jon Rahm, le faltó un acierto al comienzo de su ronda que sirviese para descorchar su mejor golf. Comenzó la jornada un golpe por detrás de los colíderes. Y su desventaja fue creciendo conforme avanzó el domingo. El cartel de favorito lo perdió con sus bogeys en dos de los hoyos más asequibles, el 5 y el 8, hasta salpicar de fallos una tarjeta de +4 en el día para +1 en el acumulado, lejos de los mejores.

CLASIFICACIÓN

Jugador Golpes

1. Matt Fitzpatrick (-2 el domingo) -6 en total

2. Scottie Scheffler (-3) -5

2. Will Zalatoris (-1) -5

4. Hideki Matsuyama (-5) -3

5. Collin Morikawa (-4) -2

5. Rory McIlroy (-1) -2

... 12. Jon Rahm (+4) +1