Sobre su vida personal, Nadal fue contundente y reservado. «Si todo va bien voy a ser padre. No acostumbro a hablar de mi vida personal, porque ya estoy suficientemente en el foco por mi vida profesional. Vivimos más tranquilos en un perfil más bajo. No espero que esto suponga algún cambio en mi vida profesional», apuntó Nadal, que será padre por primera vez junto a su mujer, Mery Perelló.
La Voz
Las fibras nerviosas que rodean su maltrecho escafoides no paran de enviar información a su cerebro: neurotransmisores avisándole a toda velocidad de la amenaza potencial que está poniendo en peligro su cuerpo, un dolor insoportable que le alerta de que algo no va bien en su pie izquierdo. Rafa Nadal hace muchos años que convive con ese dolor. De hecho, desde que en el 2005 los médicos le diagnosticaron el síndrome de Müller-Weiss.
Una alteración, por estrés continuado, del escafoides tarsiano que acaba provocando un compromiso vascular y deforma este hueso fundamental en la biomecánica del pie le limita por completo. Y con el paso del tiempo, la dureza de los entrenamientos y la exigencia de la alta competición, esta lesión degenerativa ha ido a peor.
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