Tres generaciones de campeones de España de yudo

DEPORTES

MARCOS MÍGUEZ

Daniel López, de 14 años, acaba de proclamarse campeón de España, tal y como había sido su madre Noemí en 1991 y anteriormente había hecho su abuelo Bernardo Romay en 1971

15 jun 2022 . Actualizado a las 09:12 h.

Cuando Daniel López Romay regresó de Pamplona y se quitó la medalla de oro que había ganado en un emocionantísimo combate final por el Campeonato de España infantil de yudo, la colocó donde ya descansaba otra como la suya que había ganado su madre, Noemí. No hay muchas familias que puedan decir lo mismo. Las que su abuelo, Bernardo Romay, pionero de este deporte en la ciudad y Galicia, se colgó a lo largo de su carrera jalonan de recuerdos las paredes del Judo Club Coruña, que fundó hace 48 años. «En 1971 fui campeón de España militar, de la Marina», explica. «Dani es el 50.º campeón de España del club», comenta el orgulloso abuelo, que ha inspirado la pasión por el yudo no solo de sus hijas, Noemí y Alma, sino la del marido de esta, José, y, por supuesto, la de sus otros nietos, Xabi, Paulo y Marco. Todos posan en la fotografía que acompaña este reportaje, en el que se reúnen tres generaciones de deportistas gallegos.

La de Dani, que cursa segundo curso de ESO en el colegio Esclavas de A Coruña, es una no tan frecuente historia de amor por el deporte, que se convierte en cotidiana para esta familia. «Aprendió a andar en un tatami, pero también influye el ambiente de club, como de una familia grande, que ha tenido desde pequeño», reconoce su padre, el exfutbolista y entrenador Pablo López, que pasó por la cantera y el cuerpo técnico del primer equipo del Deportivo antes de pasar al Racing, donde es ayudante de Cristóbal.

Ánimos desde la grada

«Fue la pelea más difícil», recuerda el joven campeón de España respecto al combate que le brindó la medalla, porque el rival empezó muy fuerte y hasta llegó a inmovilizarlo con un waza-ari. «En ese momento te das cuenta de los valores del yudo, porque aunque es un deporte individual, los 60 yudocas gallegos que estaban en las gradas del pabellón no pararon de animarle desde la grada. Son todos amigos», recuerda Noemí.

Dani salvó la apurada situación, se repuso y acabó remontando en solo 54 segundos del desempate, el llamado golden score, en el que se lleva el triunfo el primero que puntúe. «La técnica con la que ganó la había entrenado el jueves antes de viajar», recuerda su abuelo, que junto a Álex y Manuel Sanmartín y a la seleccionadora Mónica Pacheco, dirigieron al jovencísimo yudoca en el campeonato nacional, donde otros dos alumnos del Judo Club Coruña alcanzaron sendos bronces, Pablo Rico y Carlos Infanzón. «Lo más importante es la predisposición del niño, y Dani es un ángel, un chaval con muy buena actitud y con potencial para llegar hasta donde quiera», destaca Álex Sanmartín.

El nuevo campeón de España se acuerda de su oponente en el combate. «Podía haber ganado él perfectamente», afirma mientras sus padres recuerdan que nada más acabar el combate, aún sobre el tatami, los dos contrincantes se felicitaron mutuamente con un sentido abrazo.

«Este año tengo mucho que aprender de yudo y de las competiciones… Y disfrutar esta medalla, claro», se ríe. Dani, que ya mide 1,81 metros y pesa 60 kilos, incidirá a partir de ahora en la preparación física, pues da el salto a cadete, una exigente categoría en la que se enfrentará a adversarios que pueden llegar a ser tres años mayores que él.

Baloncesto

Hasta ahora compagina el yudo con su otra gran pasión, el baloncesto, en el que forma parte del equipo de su colegio, que está jugando la fase de ascenso a la Liga Gallega infantil. «A día de hoy se entrena cuatro días a yudo y otros cuatro a baloncesto. Hay un día en que compagina los dos, pero con 17 o 18 años tendrá que elegir, porque no va a tener tiempo para todo y, además, los estudios», reflexiona su padre, feliz de que el deporte marque la vida de las tres generaciones de su familia.