Mucho pase inocuo y falta de desequilibrio

José Ramón

DEPORTES

Lukas Kabon | EFE

05 jun 2022 . Actualizado a las 23:50 h.

España fue un poco más de lo mismo de otros partidos. Se vio a una República Checa defendiendo muy atrás y saliendo a la contra frente al conjunto de Luis Enrique que tuvo mucho el balón en campo contrario, con mucho pase, pero sin generar ocasiones.

Porque el gran problema que tiene España es que no tiene desequilibrio. Ni a nivel de juego ni de futbolistas. Cuenta con hombres que tocan muy bien el balón, que es muy difícil que lo pierdan, pero se quedan en un fútbol muy plano.

Y el problema está en que, aunque los españoles cometen pocos errores, cuando lo hacen, se generan unos contragolpes muy peligrosos. La República Checa tuvo tres clarísimos. Aprovechó dos de sus oportunidades pero podría haber logrado más y se hubiera llevado la victoria.

Y volvemos al punto de partida. España juega bien. Pero tiene demasiados futbolistas con un corte similar en el medio del campo. Busquets, Koke, Rodri... Muchos jugadores similares, pero entre los que no hay desequilibrio. El único que lo tiene es Gavi, un niño de 19 años, y eso es una gran responsabilidad.

Y la pregunta es: ¿No hay jugadores con estas características porque Luis Enrique no los convoca o porque carecemos de ellos en nuestro país? Yo creo que hay dos muy claros, que son Ansu Fati y Adama Traoré, pero no sé por qué no los llevó. Ahí no puedo meterme en los motivos por los que no los convocó, ya que eso es cosa de seleccionador y mejor que nadie conoce el estado de cada uno.

En este encuentro utilizó a Sarabia en la primera parte y no me gustó nada. Le faltó todo. Luego entró también Ferrán, pero no tiene las características que se precisan. Encima, cuando los laterales llegan arriba se atasca el juego.

Así que en este caso el problema no es de los delanteros. Luis Enrique podía haber puesto dos, tres, cuatro o cinco, que no iban a tener ocasiones, porque el problema es que dominamos muy bien hasta tres cuartos, pero a partir de ahí no somos capaces de profundizar, ni por banda, ni por el centro para hacer llegar balones peligrosos. Ese será nuestro mayor peligro en contra.