Un gris Alcaraz sucumbe ante un brillante Zverev y se despide de Roland Garros

La Voz PARÍS / EFE

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Alcaraz, en el partido contra Zverev de cuartos de final de Roland Garros.
Alcaraz, en el partido contra Zverev de cuartos de final de Roland Garros. MARTIN DIVISEK | EFE

El español no logró contrarrestar el juego del germano, apoyado en un gran servicio

31 may 2022 . Actualizado a las 20:36 h.

El español Carlos Alcaraz cayó derrotado en cuartos de final de Roland Garros ante el alemán Alexander Zverev, que completó un gran partido y se impuso por 6-4, 6-4, 4-6 y 7-6 (7) en tres horas y 18 minutos.

No encontró el número 6 del mundo la manera de contrarrestar el juego del germano, apoyado en un gran servicio, que dominó el partido de principio a fin, con un único bache en el final del tercer set, que permitió al español alargar el duelo.

El español puso fin a su racha de 14 triunfos consecutivos y por tercera vez esta temporada perdió contra un top10, tras haber ganado otros ocho duelos contra rivales de esa clase. Alcaraz no logró mejorar su techo en un Grand Slam y se marcha igualando su actuación del pasado Open de Estados Unidos.

Zverev, tercera raqueta del mundo, consigue una victoria de peso, tras un torneo irregular. Por vez primera, el alemán puede apuntarse un triunfo contra uno de los diez mejores del ránking en un Grand Slam, tras 11 fracasos.

Carlos Alcaraz tuvo uno de esos días en los que no llega la inspiración, con su tenis enmarañado, pastoso, fallón, sin brío, sostenido a cuentagotas por algunos de esos golpes imposibles que conectan con la grada, que por si quedaba dudas le ha convertido ya en su niño bonito.

«Yo también tuve miedo», reconoció el alemán, que superó un intento de remontada en el tercer set. No fue suficiente, ni el calor, ni los aplausos para hacer descarrilar a un Zverev imperial, asentado en un servicio de fuego que torturó al español, le colocó al límite en cada instante y le condujo al error.

Así se escapó el primer set, con 16 errores no forzados y un dominio total del alemán, poco exigido, mucho menos de lo que se presagiaba en la previa del duelo, sobre todo por el precedente de la reciente final de Madrid, donde le pasó por encima.

El segundo parcial no fue diferente, sin soluciones del lado español que, brazos en jarra, mirada al suelo, movía la cabeza de un lado para otro, como si buscara el genio que le había traído hasta aquí, el brillo que no aparecía en la Chatrier.

Solo al final pareció ver una luz, pequeña, minúscula, que despertó al público y pareció abrirle el camino de la remontada, justo cuando Zverev servía para ponerse dos sets a cero. Tuvo una bola de rotura el español, pero no era el día.

Alcaraz, un atacante obligado a defender, un pez fuera del agua. Tocaba épica. Aguantar en el duelo para tener una opción, agarrarse a la madera de los grandes campeones, encontrar una palanca con la que hacer dudar al germano.

Misión difícil en la tarde soleada de París, pero todo el mundo conoce el carácter de Zverev. Faltaba su crisis, había que confiar en que el edificio tenía que temblar en algún momento.

Lo hizo en el décimo juego, justo después de haber dejado escapar una bola de rotura. Su servicio bajó una pulgada y Alcaraz lo intuyó, era la señal que buscaba todo el partido. Tocó arrebato la grada y el español alargó el duelo, ante las quejas de Zverev por el trato del público que le valieron un abucheo.

La remontada parecía posible, el juego del alemán cayó un poco y el público sostenía al español, que pese a todo seguía sin encontrar su mejor versión.«¡Carlos, Carlos!», gritaban los espectadores, despertó algo el murciano pero seguía estrellándose ante el juego del germano, que le arrebató el servicio en el noveno, con una doble falta de Alcaraz, y se colocó en situación de servir para ganar.

Ahí apareció la mejor versión de Alcaraz, que recuperó la desventaja y forzó el juego de desempate, en el que dispuso de una bola para forzar el quinto, pero la dejó en la red, una buena metáfora de la que fue su partido, que acabó con 56 errores no forzados.

El alemán mantuvo la presión y aunque el español levantó con brío una primera bola de partido, a la segunda dejó escapar su segunda actuación en París.

Alcaraz: «Creo que puedo ganar un grand slam»

El español Carlos Alcaraz sacó una lectura positiva de su derrota en cuartos de final de Roland Garros frente a Zverev. «Me voy pensando que he luchado hasta el último punto y estoy orgulloso. Tengo que sacar las lecciones del partido de hoy, ha sido ajustado, he tenido opciones contra uno de los mejores del mundo. Hay que tener una mentalidad más fuerte que la que he tenido hoy, es la lección que saco», comentó.

Alcaraz, número 6 del mundo, afirmó que no sintió la presión de ser uno de los favoritos para ganar el torneo, pese a sus 19 años y a que nunca ha logrado superar los cuartos de un grande. «No he pensado en ningún momento que era el favorito. Tengo capacidades y el nivel para poder ganar. Pese a la derrota de hoy sigo pensando que puedo ganar un grand slam», aseguró.

«Hay detalles que se me han escapado hoy, tengo que aprender de esos detalles. Pero no me ha pesado la sensación de que soy favorito. Zverev ha jugado mejor, tengo que aprender, me siento capaz de seguir ganando», agregó.

Alcaraz aseguró que se sintió cerca de forzar el quinto set y que, en ese caso, «todo hubiera sido posible». «En un grand slam tienes que dar lo mejor, me ha faltado nivel para ganarle a Zverev, un tenista que ya ha jugado final de grand slam y una semifinal aquí, que está curtido en este tipo de situaciones», dijo.

Reconoció que no empezó bien el partido y eso le obligó a «ir a remolque» y cuando su reacción llegó, a partir del tercer set, ya era tarde. «Me ha faltado empezar más dentro, más en el ritmo del partido, darle la sensación a Zvever de que estoy ahí», señaló.

Pese a la derrota, aseguró tener mejor sensación que en los cuartos del Abierto de Estados Unidos del año pasado, cuando una lesión le impidió competir. «Hoy he podido jugar, he tenido la sensación de pelear y de que podía avanzar a semifinales. He jugado contra los mejores del mundo que ya han experimentado esta situación, he podido vivir estos momentos en un grand slam», destacó.

El joven agradeció el apoyo que ha recibido del público desde su llegada al torneo, elegido por la grada como el nuevo héroe, tras años de dominio de veteranos como Rafa Nadal o Novak Djokovic. «Me he sentido muy querido por toda la gente, había muchos españoles, pero también por la gente francesa. No puedo pedir mejor apoyo en París, desde el primer partido he tenido todo el cariño y cuanto más avanzaba más cariño tenía. Espero volver y sentirme como en casa», aseguró.

Alcaraz afirmó que ahora irá a la gira de hierba con la intención de disputar Wimbledon. «Lo jugué en júnior y mi primera gira fue el año pasado. Creo que me voy a adaptar bien. El año pasado me gustó jugar, voy a prepararme lo mejor posible para esta gira y tendré buenas sensaciones para Wimbledon», indicó.