La próxima cita, sin ser un circuito urbano al 100 %, también puede darle un buen rédito. El GP de Azerbaiyán, en Bakú, se presenta como un lugar donde los errores se pagan con un abandono (esa zona estrecha al lado del castillo del siglo XIII) quizá sea el lugar del «ahora sí» de Sainz, pero deberá tener cuidado y buen tiento. Está en una partida sin comodines ya, y Ferrari, que está empezando a caer en su endogámica esquizofrenia, va a necesitar de su calma y tempo. Sainz lo sabe: hacer planes solo implica atarse a un calendario que, por pura estadística, puede fallar. ¿O acaso no iba a ser el GP de España el lugar idóneo?