Vinicius, del meme al Olimpo en bicicleta

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LEE SMITH | REUTERS

Completa con su tanto una temporada de ensueño tras haber sido el hazmerreír por sus imprecisiones

29 may 2022 . Actualizado a las 09:23 h.

En materia de fútbol, todo está en la cabeza, y no en los pies, como contrariamente se considera. Hasta esta temporada, Vinicius (Río de Janeiro, 2000) se centraba más en sus extremidades inferiores que en amueblar su mente y los memes, canciones y chistes proliferaron descarnadamente. Era carne de redes sociales. Lo pasó mal, dijo. Lloró. Era del Madrid (oficialmente y por 45 millones de euros) desde que tenía 16 años. En su presentación, en el año 2018, se le dibujó como un portento en «técnica, rapidez y goles». Pero todo aquello daba igual porque desde que se vistió de blanco la tercera variable se esfumó. Del gol, ni noticias. Eso sí, Vinicius era un disparo con el balón en los pies.

Sin embargo, todo fallaba más arriba de las botas. La toma de decisiones no podía ser más errónea y la precipitación se convirtió en marca de la casa de la promesa más firme del fútbol brasileño. Su forma de definir era indefinible. Hasta que llegó Carletto, su amigo.

Ancelotti asegura que solo le dio confianza, que le invitó a pensar. Nunca había recibido más patadas que este año. «Calma», le dijo. Era una buena señal. Y Vinicius se lo creyó. Como para no hacerlo, después de cerrar la temporada como uno de los jugadores fijos para el preparador italiano, y mano a mano con Benzema en todos los ránkings ofensivos, al que, además supera en el número de regates. En las tres temporadas anteriores había marcado quince goles en total. Su vigesimosegundo de este curso (hito inédito) vale por una Copa de Europa.

Sobre el césped parisino, el brasileño intentó el desmarque constantente y la finta, cinco veces (le salió bien una). Cometió dos faltas y recibió otra. Disparó una única vez a puerta, en el minuto 59, para enmendar un centrochut de Fede Valverde que se paseaba por el área pequeña del Liverpool. Suficiente.

En la semana en la que Mbappé envió un torpedo a la línea de flotación del ego madridista, en la casa de Kylian se coronó un nuevo rey sol. Las penas con Champions son menos.

Vinicius confirmó ayer por la noche que hay caminos en el Real Madrid que son inescrutables. Mientras él partió desde el meme y llegó con sus bicicletas al Olimpo, Bale decidió emprender la ruta en sentido contrario, cuesta abajo, como el tango. No es probable que se encuentren.