Alcaraz se agarra a la tierra batida de Roland Garros

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YOAN VALAT | EFE

Albert Ramos estrelló en la red una bola de partido frente al tenista murciano, que remontó su duelo antes de que Rafa Nadal liquidara a Corentin Moutet

26 may 2022 . Actualizado a las 10:56 h.

Carlos Alcaraz ya conoce el peso de su cartel de favorito. Se lo cantó Albert Ramos-Viñolas con la precisión de un veterano capaz de exprimir cada bola que se aleja de la línea. El de El Palmar cerró un encuentro de cuatro horas y media (6-1, 6-7, 5-7, 7-6 y 6-4) con el suspiro de quien agradece el susto. Tuvo la muerte a tiro. La bola que la cargaba, en el décimo juego del cuarto set, quedó atrapada en la red y el sexto cabeza de serie supo sufrir después hasta ganarse otra ronda en el torneo.

Incluso entonces se lo puso difícil su adversario en un duelo fratricida, resuelto con una agonía inesperada si se atiende a cómo arrancó la cita. Alcaraz encendió la máquina cuando el primer set iba 1-1 y solo cedió un punto en los dos siguientes juegos, hilando derechazos mientras los del rival se perdían fuera. Apenas cayó el ritmo del murciano hasta consolidar el 6-1 que olía a rápido repaso. No lo hubo.

Porque Ramos-Viñolas encontró su mejor servicio cuando más falta le hacía y levantó un 15-40 en el quinto juego del segundo set. A partir de ahí, la solidez de ambos al saque llevó la manga a un tie break en el que Alcaraz entró mejor y alcanzó con 4-2 el cambio de campo. Sin embargo, un buen golpe de derecha al resto del catalán y un error posterior en la dejada del murciano, pusieron en ventaja al 44 del mundo, aliado con la cinta para acabar empatando el partido.

La dinámica del encuentro había variado y el nuevo prodigio del tenis español se vio pronto a contracorriente en el tercer set al perder un intercambio de golpes desde el fondo de la pista. Sus quince errores no forzados, por solo seis del oponente, retratan las dificultades del favorito, que consiguió devolver el break (3-3) pero erró una contradejada para regalarle a Ramos el 6-5 que luego haría bueno con un juego en blanco.

Por debajo en el marcador, Alcaraz volvió a amagar. En esta ocasión, con una rápida reacción en forma de 2-0, abriendo la cuarta manga. De nuevo, resurgió el veterano y recuperó el servicio gracias a un globo espectacular, preludio de una serie de juegos en la que los fallos (37 no provocados al final del set) superaron con mucho a los grandes golpes. Alguno hubo, que retrató las capacidades del sexto en el ránking mundial, pero no dieron para disimular una actuación lejos de sus mejores días. El fenomenal resto de Ramos en el noveno juego le abrió la puerta de la victoria al tenista de Barcelona (5-4). Oportunidad de erigirse a los 34 en resabiado verdugo de ese chaval con mimbres de estrella. Un buen revés cruzado le colocó en ventaja para cerrar el encuentro. Sin embargo, estrelló la ocasión en la red y la cita discurrió hacia su segundo tie break, en el que esta vez Alcaraz resolvió por la vía rápida.

El set definitivo resultó un regalo. Más allá de la emoción del marcador, encerró otra prueba de resistencia para el joven de El Palmar. Cedió enseguida su servicio, concluyendo de la peor manera un largo intercambio y se llegó a ver 3-0 por detrás. Lo arregló en cuanto pudo, con uno de los puntos del partido; corriendo de lado a lado para enganchar un revés imposible. A partir del 3-3, se sucedieron las roturas de servicio. Ninguna con el peso de la que puso a Alcaraz en ventaja 5-4, con el murciano neutralizando los smash de su rival hasta desquiciarlo. La imagen de Ramos-Viñolas lanzando la raqueta tras fallar inexplicablemente un remate sencillo fue el anticipo del juego en blanco que consumó el 6-4. Con el tenista del futuro agarrándose a la tierra de Roland Garros, evitando el revolcón y conviviendo con la agonía sin necesidad de esperar más allá de la segunda ronda.

Nadal, por la vía rápida

Muchos menos problemas tuvo Rafa Nadal para resolver su cita con el joven francés Corentin Moutet (6-3, 6-1, 6-4). El balear resolvió el partido en poco más de dos horas sin dar ninguna oportunidad a su adversario, que cedió su primer servicio con una doble falta para colocarse tres juegos abajo. A partir de ahí, al número cinco mundial le bastó con mantener su saque hasta cerrar el primer set.

El segundo tuvo aún menos historia, con Moutet encajando un par de breaks consecutivos y sudando cada punto. Nadal cerró la manga con una dejada que parecía sentenciar definitivamente el choque.

Sin embargo, su rival, un zurdo de 23 años instalado en el puesto 123 de la ATP, quiso estirar la contienda y se puso 0-40 en el juego inicial del tercer set. Consiguió ganarlo y mantener a continuación su saque para ponerse 0-2. La ventaja no pasó de ahí. El tenista de Manacor reaccionó para colocarse 3-2 y 5-3, disfrutando de servicio para cerrar el partido. Se lo rompió Moutet empeñado en no abandonar la Philippe Chatrier sin resistencia. Regaló un juego extra a los espectadores. Nadal aprovechó al resto su primera oportunidad de cerrar el choque y festejar la victoria número 300 en un Grand Slam.

Un torneo que registró otro triunfo español: el de Zapata Miralles sobre el estadounidense Taylor Fritz (3-6, 6-2, 6-2, 6-3), decimotercer cabeza de serie.