Alma Pérez, taekuondista: «Me gusta ir a saco y pelearme»

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Abraldes

Un año después de «profesionalizar» su afición, logró ser subcampeona de Europea

23 may 2022 . Actualizado a las 01:48 h.

A menos de 50 segundos del cierre de la última ronda, Alma Pérez (Boiro, 2001) iba por delante en el marcador de su primera final del Europeo absoluto de taekuondo, celebrado en Mánchester. Su rival, mucho más experimentada, consiguió remontar y llevarse la medalla de oro en una de las categorías, la de menos de 53 kilos, más igualadas del torneo.

—¿Cómo sienta ganar una medalla de plata en un Campeonato de Europa?

—Muy bien, la verdad. El oro se nos escapó por poquito pero hay que empezar a andar antes de correr. Estamos en ese camino y eso es lo que importa.

—¿De qué manera planteó la final ante una campeona mundial como la turca Zeliha Agris?

—Tiene un currículo espectacular, es una de las mejores ahora mismo. En la final iba muy precavida, el combate estuvo reñido e igualado. Tuve que tirar de táctica porque yo sabía que si iba hacia delante iba a poder conmigo.

—Consiguió sumar sus seis puntos con patadas al casco.

—Me gusta ir a saco y pelearme. Repasando la estrategia con mi entrenador, decidimos ir hacia delante. Pude puntuar con dos patadas arriba. Me salen de forma natural, mis técnicos dicen que es mi arma secreta. Dentro de nuestro modelo, queremos llevar la presión del combate.

—¿Y es cierto, es su golpe predilecto?

—Yo creo que sí. Tengo mucha flexibilidad y me resulta muy cómodo golpear desde una distancia muy corta, pegada en el cuerpo a cuerpo. Es un golpe difícil de bloquear porque no sabes de dónde viene.

—La clasificación para Mánchester no fue nada sencilla.

—Fue muy justa, apenas quedé cinco puntos por delante, pero son cinco puntos que me han dado la vida. Me seguía muy de cerca Laura Rodríguez. Nos hemos enfrentado en cuatro campeonatos con dos victorias cada una. Logré clasificarme porque tenía puntos del pasado Europeo.

—¿Ya piensa en su estreno en el Grand Prix?

—Sí, me provoca una ilusión enorme. Tener la oportunidad de medirme con medallistas olímpicas es un sueño y, siendo ambiciosos, ahora tengo la posibilidad de entrar en unos Juegos Olímpicos.

—¿Cuál ha sido la clave de su crecimiento?

—Desde que entré en el CAR acudo a muchos más campeonatos. Cuando entrenaba en el Costado Suh Sport de Boiro tenía un par de salidas puntuales, ahora compito cada dos fines de semana en torneos que suman para el ránking mundial. Tengo diez campeonatos y antes tenía dos, era jugárselo todo a dos cartas.

—¿Cómo surgió la opción de entrar en el CAR de Barcelona?

—Me lo propusieron después del pasado Europeo en el que perdí en los cuartos de final. En un principio, no me gustaba la idea de entrenarme en el centro y profesionalizar mi afición, pero si quieres ascender tienes que hacer sacrificios. Tuve que irme de Boiro a Barcelona, cambió mi vida casi por completo. También cambié de universidad. Antes estudiaba en la de Vigo Ingeniería Química Industrial y ahora hago Ingeniería Química, a secas, en la Autónoma de Barcelona.

—Después de llegar a los cuartos de un Europeo, ¿no se sentía profesional?

—Siempre me ha costado creerme lo que estoy haciendo. Después de esta medalla de plata, llegaré al entrenamiento y seguiré con lo mismo: ponerme un peto, pegar patadas y pasarlo bien.

—Tiene un discurso humilde.

—Me preocupa llegar a creérmelo y ser un poco fantasma. El mayor de mis miedos es convertirme en una persona pedante. En este deporte no puedes subestimar a nadie, cualquiera te puede ganar.

—¿Cómo es su día a día?

—Es muy cómodo. Me levanto a las seis y media de la mañana, entreno la parte física con Gabriel Esparza, que es un gran apoyo (plata olímpica en Sídney). Más tarde, desayuno y me ducho, voy a la universidad, como, estudio un ratito y luego me entreno hasta las siete y media de la tarde. Después ceno y, antes de dormir, estudio otra vez.

—¿Y le parece cómodo?

—Estoy a tope pero estoy más tranquila. Antes estaba todo el día de arriba para abajo.

—¿El taekuondo gallego tiene el futuro asegurado?

Sí, está clarísimo. De los 16 que somos en la selección, cuatro somos gallegos. A nivel base tenemos campeones de España, espero poder estar en la selección con ellos. El futuro está asegurado con creces.

—Hablaba al principio de andar antes de correr. ¿Cómo fueron sus primeros pasos?

—Fue por casualidad. Me acuerdo que, en el colegio, el taekuondo estaba como actividad extraescolar. Me avisó mi madre, me dijo: «Creo que pegan patadas». Empecé con cuatro añitos y me gustó, luego seguí en el club y, hasta el día de hoy, sigo haciendo lo mismo.