El palacio mental de Fernando Alonso se resquebraja

David Sánchez de Castro COLPISA

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

La doble sanción que recibió el asturiano en Miami le dejó fuera de los puntos y, además, señaló a Ocon como un aliado poco fiable

09 may 2022 . Actualizado a las 15:09 h.

El gran público no lo conoce, ni tiene por qué, pero los horarios de los grandes premios americanos someten a una presión inusual a los periodistas que los cubren. Las horas de cierre obligan a apurar al máximo, lo que muchas veces deja detalles fundamentales sin cubrir o, incluso, noticias cuya resolución se conoce cuando la tinta ya está impregnando las hojas para que las primeras ediciones de los periódicos salgan adelante.

Es lo que ocurrió con Fernando Alonso en el GP de Miami. El asturiano entró en torno a las 23:00 en meta en una óptima novena posición que le permitía sumar dos puntos, pero una hora larga después se confirmó que en una de las dos investigaciones posteriores a las que le sometieron le castigaron con otros cinco segundos añadidos a los que había sufrido por el accidente contra Pierre Gasly. Así, de una decente novena plaza cayó a la undécima y ya van cuatro carreras seguidas (cinco si se cuenta el esprint de Imola) en las que suma sendos ceros. Alonso va a llegar al GP de España con la friolera de dos unidades en su casillero, por detrás de pilotos como Alex Albon o un Sebastian Vettel que se perdió las dos primeras citas del campeonato.

No es un botín aceptable para un piloto que hace no tanto soñaba con podios. En Miami volvió a padecer la mala suerte que le está acompañando durante todo el año, pero no se puede achacar solo a la fortuna lo que también son fallos propios. Y es que los dos castigos que le costaron, a la postre, los puntos fueron causados por él mismo.

El análisis del primer incidente deja poco lugar a la duda. Alonso pecó de optimista, creyó que Gasly le iba a dejar pasar y cuando el francés trazó por su línea para tomar la curva a derechas que abría el circuito de Florida, le embistió. La FIA es clara: en caso de contacto en un adelantamiento, siempre tendrá la culpa el que ataca salvo que se vea claramente que va por la trazada correcta y ya tiene el coche por delante. No era el caso, y le cayeron cinco segundos. «Es justo», opinó Alonso, sin escudarse en nada.

Este fallo ya propició el devenir del resto de la carrera. A falta de once vueltas, el español parecía que tenía un margen suficiente como para que su octavo puesto no peligrase, pero el golpe de Gasly contra Norris (afectado, posiblemente, por el toque previo con Alonso) que acabó con el McLaren contra el muro hizo que saliera el coche de seguridad, y con ello, se neutralizase ese colchón que tenía. Entró en juego las estrategias, y aunque a Esteban Ocon le habían ordenado entrar en boxes para montar neumáticos blandos nuevos (lo que le debería haber dado margen para, incluso, adelantar al propio Alonso), le pidieron que frenase.

Conversación nada clara

La conversación por radio no deja del todo claro si el francés, ya señalado por su dificultad para someterse a la disciplina de equipo, obedeció o no. Sus tiempos por vuelta dicen que rodó una media de tres décimas más rápido que Alonso, pero con esos neumáticos podría haberlo hecho casi un segundo mejor. Mientras, por detrás, Albon se vio impotente para cazarle, máxime desde que Vettel y Schumacher se tocaron. Sea como fuere, la idea de Alpine salió bien, Alonso solo perdió la posición con Ocon cuando entró en meta y parecía que iban a lograr puntuar con sus dos coches.

Pero lo que no entraba en los planes es que Alonso cometiera no una sino dos veces un error en un punto crítico, la curva 14. La chicane en subida a la entrada del túnel ya había supuesto un serio problema para muchos pilotos a lo largo del fin de semana, y dirección de carrera fue cristalino: todos aquellos que recortasen esa chicane serían avisados la primera vez y sancionados la segunda. Fue exactamente lo que le pasó a Alonso.

Es extraño que Alonso se equivoque así a la hora de medir una carrera y sus consecuencias. Se cuentan con los dedos de una mano los adelantamientos excesivamente agresivos del asturiano a lo largo de sus más de dos décadas de carrera, así como los fallos a la hora de trazar. Pocos o muy pocos, en comparación con otros. Y sin embargo, en Miami le costaron dos puntos que, sin ser su sueño, sí habrían sido balsámicos.

La próxima carrera es el GP de España y aquí tendrá muchas miradas puestas. Las gradas del Circuit se van a llenar como antaño, según las previsiones, y muchos estarán con las miradas puestas en Alonso. Un fallo ante su público ya haría temerse lo peor: no es normal que el bicampeón del mundo español pierda el foco así.