A Coruña y su área de influencia cuenta con decenas de deportistas que rayan a nivel internacional tras consolidarse en los nacionales de categorías de base
20 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El confinamiento y los condicionantes derivados de la pandemia han sido demoledores para la proyección de las categorías de base del deporte de A Coruña y su área de influencia, que se quedó de un plumazo sin representantes en la élite nacional sub-20 en disciplinas arraigadas, tanto individuales como de equipo (desde el baloncesto al pádel, por poner dos ejemplos) y otras que, ya de por sí, suponen una carrera de obstáculos, como las del motorsport.
Sin embargo, la cantera coruñesa no ha desaparecido y mantiene decenas de jóvenes promesas que afrontan este año su momento clave, el del cambio de categoría, orientándose hacia la edad adulta y rayando, en muchas ocasiones, a nivel internacional.
Los deportes individuales gozan de buena salud en términos generales. Las excelentes (y recientes) actuaciones de la nadadora Paula Otero en el Open de España y de la halterófila Irene Blanco en el Mundial júnior dan buena muestra de ello.
No son las únicas, ya que los representantes coruñeses también han brillado en competiciones europeas y mundiales en disciplinas como la hípica (con Diego Ramos, en su modalidad de saltos) o el yudo (Anderson Cotón, Francesco Laccone), ciclismo MTB-O (Marcos Silvarrey, Sofía Martínez), patinaje artístico (Lucas Yáñez, Unai Cereijo), fútbol (Dani Barcia, Carlota Sánchez), vela (Claudia Sobral) o el bádminton (Paula Noya, Alba Prada). Son habituales las medallas nacionales para los clubes de patinaje de velocidad, como el SCD Rabadeira o el Sada Patín.
Muchos de estos deportistas permanecen en sus clubes y otros progresan en el Centro Gallego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra, aunque en la mayoría de los casos los entrenadores del centro (o de otros similares y seleccionadores) y los técnicos de los clubes se compenetran para que las promesas se cumplan.
Emigrantes que enriquecen el palmarés ajeno
Los deportistas gallegos de alto nivel no esperan a la edad adulta para emigrar, si las circunstancias lo requieren para seguir alcanzando altas cotas. En ocasiones, la precocidad empuja a estos jóvenes talentos a enrolarse en proyectos en los que crecerán en todos los sentidos.
Es el caso de la central coruñesa Lucía Varela, una de las piezas claves en el Club Voleibol JAV Olímpico. En el fútbol sala, la internacional Martita es otro ejemplo de ello, mientras que en los deportes individuales, la olímpica en skate Julia Benedetti progresa en Bilbao. Jacobo Garrido, que fue campeón mundial de natación adaptada, fichó por el Mataró.
El futuro del futuro que ya viene empujando
La naturaleza de algunos deportes implica un alto nivel de exigencia a edades muy tempranas. Es el caso de disciplinas como el patinaje o la gimnasia, pero no son las únicas. A Coruña goza de una generación incluso más precoz que los que ya se han asentado en la élite siendo apenas unos preadolescentes. Las patinadoras del Maxia Marta Fraga (11 años) y Olivia Rey (13 años) ya tienen experiencia internacional, del mismo modo que sucede con la jugadora de tenis de mesa del Club del Mar Jiaqui Guo Chen (13 años). Del mismo club es Maia Freire (bádminton, sub-11). San Kin y Jorge Pereira (esgrimistas del 100Tolos) también rinden a un alto nivel mundial.