Nadie puede compararse en Can Barça con la eficacia de un Ansu Fati que es como el Guadiana en la Andalucía en la que creció. El 10 aparece y desaparece y siempre lo hace dejando tras de sí un reguero de ilusión en un barcelonismo que sabe que él es el jugador que debe llevar la bandera en la reconstrucción del equipo. La fe de Xavi, que aseguró que «es una muy buena sensación tenerlo de vuelta» es la de un míster que es consciente de que necesita un plus de cara a poder competir con los más grandes del viejo continente la próxima temporada y que ese plus solo se lo puede dar un jugador que tiene algo especial.
Prudencia en la recta final
El Barça logró este sábado en el Villamarín el billete definitivo para la próxima Liga de Campeones y eso puede hacer que la prudencia con Ansu Fati sea todavía mayor. El principal objetivo culé este curso ya está cumplido y la idea de Xavi y el staff médico es que la aclimatación del jugador sea lo más paulatina posible, sin correr riesgos con un futbolista que ha sufrido como pocos el peligro de las recaídas. Quedan solo tres partidos por delante antes de un verano que puede servir de reposo para una nueva temporada que se antoja ilusionante para los azulgranas y en la que se espera que esta vez sea la definitiva para su principal valor de futuro.