El Giro de las segundas oportunidades

J. Gómez Peña COLPISA

DEPORTES

Tibor Illyes | EFE

En ausencia de Pogacar y Roglic, el ecuatoriano Carapaz es el favorito frente a Yates, Almeida y Landa en la edición que sale este viernes de Budapest

05 may 2022 . Actualizado a las 20:21 h.

Al Giro de Italia no le hace falta nostalgia. Es la única gran vuelta que sigue siendo hoy como ha sido siempre. Imprevisible. Con ese punto salvaje, de expedición alpina a esas paredes glaciares que ves encima de tu cabeza y que te aplastan, como recuerda Miguel Mari Lasa. El guipuzcoano compartía el maillot del KAS con el Tarangu Fuente en el Giro de 1974, en plena era de Eddy Merckx. El Tarangu había perdido la carrera días atrás en San Remo, víctima de una de sus pájaras. La última etapa de montaña terminaba en el anfiteatro natural de las Tres Cimas de Lavaredo. Fuente, cabreado, apenas durmió la noche anterior. Venga a fumar. Acabó un paquete. No desayunó. Todos pensaron que iba a retirarse. No. Atacó y ganó la etapa. Fuente era imprevisible; como es el Giro. Por eso no es fácil citar un claro favorito para la edición que comienza este viernes en Budapest (Hungría). Quizá, Richard Carapaz, vencedor de esta ronda en 2019 y ocupante luego del podio en la Vuelta 2020 y el Tour 2021. Su equipo, el Ineos, está en racha: ganó el Giro en 2020 con Tao Geogheham Hart y el año pasado con Egan Bernal. A Carapaz, un aspirante muy fiable, le escoltarán Porte, Castroviejo y Sivakov. Artillería pesada. «Vengo con el apoyo total del equipo y eso me anima mucho», avisa el ecuatoriano, que sabe lo difícil de domar que es la ronda italiana y que, según La Gazzetta dello Sport, tiene una oferta para volver al Movistar. Una segunda oportunidad en el equipo español del que tan mal salió.

De eso va este Giro. En ausencia de los dos eslovenos que mandan en el ciclismo, Pogacar y Roglic, y con Bernal recuperándose de aquel impacto contra un autobús, la edición que este viernes comienza en Budapest es perfecta para los ciclistas que buscan una segunda oportunidad. Una más. Con los mejores jóvenes ausentes, este Giro es una ocasión perfecta para veteranos como Mikel Landa, Simon Yates, Superman López, Romain Bardet, Pello Bilbao y Tom Dumoulin, que se impuso en la edición de 2017 antes de caer en una depresión. Solo el portugués Joao Almeida, de 23 años, y el australiano Jai Hindley, que acaba de cumplir 26, pertenecen a la nueva camada.

A su lado competirá un ciclista llegado de otra época, Alejandro Valverde. Con 42 años y dispuesto a «pelear por victorias de etapa». De pugnar por la maglia rosa que se ocupen otros. Como Landa. A eso ha ido al Giro. Dice el alavés que los máximos candidatos son Carapaz y Yates, que casi pudo con Roglic en la pasada París-Niza. Como casi todos los favoritos, Landa busca esa «nueva oportunidad». La que se le esfumó el año pasado por una tremenda caída en esta misma carrera. «Eso ya está olvidado. Ahora he vuelto a disfrutar de la bicicleta. Vengo al Giro con ganas». En 2015 subió al podio de Milán en una edición que pudo ganar. Aún se ve a esa altura. «Hay que llegar vivo a la última semana», se propone. Es su plan: sobrevivir al principio para volar al final en las grandes etapas del montaña, las del Mortirolo, el Pordoi y la Marmolada, escenarios donde el Giro suele volverse loco y ser lo que es. Impredecible con el Tarangu que tanto asustaba a Merckx.