Se avecina una gran noche de fútbol, el duelo entre el Real Madrid y el City va a ser un gran partido, de esos duelos que esta gran competición nos deja cada año y en el que no nos importará ni a ellos, los que juegan, ni a nosotros, los que lo vemos sin la pasión de pertenecer a esos colores, si al final el que ha logrado llegar a la final se lo ha merecido, ha jugado mejor, o ha tenido a los dioses del fútbol de su parte, porque lo importante es estar en la final.
Y es que el partido de ida dejó para la vuelta todos los ingredientes esenciales para crear la máxima expectación, con un City magnífico, desplegando toda la calidad enorme de sus jugadores, añadiéndole una verticalidad que en condiciones normales hubiese sido letal para cualquier equipo. Pero no fue así porque enfrente tenía al rey de esta competición, no solo porque es el que mas títulos tiene, sino porque el Real Madrid, al margen de la calidad inmensa de sus jugadores, es el Rocky Balboa de la Liga de Campeones. Lo tiras a la lona pero se levanta una y otra vez, nunca lo tienes eliminado y esta condición se dio en el partido de ida. Cada vez que el equipo inglés asestaba un gancho que parecía definitivo, ahí estaban los púgiles blancos levantándose, sacudiéndose y arremetiendo con otro derechazo que dejaba a los de Guardiola con cara de incredulidad.
Y es aquí donde me detengo a reflexionar en la cuestión mental que se estará cociendo en las cabezas de los protagonistas en estos días previos al choque. ¿Quién está por delante en el factor psicológico? Esa es mi pregunta. Porque el City fue mejor, la falta de acierto le privó de marcar más goles, estamos de acuerdo, pero es que eso es un factor en fútbol, y este factor el Madrid sí lo aprovechó.
Mi sensación es que el Real Madrid llega al partido con mejor factor mental por su historia y mística en esta competición y ayudado por las remontadas recientes frente al PSG y al Chelsea. Remontadas que golpean interiormente a los jugadores del City y les mantienen, pese a su gran partido y a la ventaja en el marcador, en una duda machacona que solo se quitarán en cuanto pite el árbitro. A partir de ahí, y solo ahí en la hierba, es donde estos dos grandes equipos nos sacarán de la duda. Disfrutemos mientras del espectáculo.