Vuelta al trabajo
«Sí se puede», escucharon en repetidas ocasiones los campeones de Liga. Y es que aunque era un festejo por el campeonato liguero, todos miraban de reojo a esa Champions por la que suspira el madridismo como no hace en ninguna otra competición. Hasta los propios futbolistas seguían el grito de la hinchada, enfervorecidos y convencidos de la mística del Bernabéu en el Viejo Continente tras una edición de la Champions plagada de hazañas blancas prácticamente inexplicables al amparo de su público.
Toda una inyección de energía anímica, una excepción puntual porque ayer mismo, en el día de los trabajadores, los jugadores del campeón de Liga sudaban la gota gorda bajo el sol de una radiante jornada primaveral y sobre el cuidado césped de los campos de entrenamiento de Valdebebas. Toca recuperar a David Alaba, un pilar todavía entre algodones, y llegar al 100 % a la hora de la verdad en la Liga de Campeones, el torneo que obsesiona al Madrid y en el que se encuentra a solo un paso de la final de París.