Lejos de las palabras de Nagelsmann, técnico del Bayern, en unos cuartos de final que parecían sentenciados antes del partido de ida, y sabedor de la enjundia de la cita, no duda el de Stuttgart en deshacerse en elogios cuando se le pregunta por su homólogo en el banquillo amarillo. «Ya tenía mucho respeto por Emery y por el Villarreal, pero ahora los he podido ver apropiadamente y.es impresionante». Tampoco con un Villarreal que «quizá tuvo algo de ventaja» contra Juventus y el propio Bayern «porque lo infravaloraron». Pero, asegura «eso no nos pasará a nosotros». Será un «partido especial, enorme. Hay que disfrutarlo».
Tuvo Klopp, incluso, un recuerdo para la final de Liga Europa que los suyos perdieron frente al Sevilla de Emery en el 2016. «Recuerdo que aquella noche dije que volveríamos más fuertes, y creo que lo hemos hecho». Con una timidísima mirada hacia Saint-Dennis, el escenario de la final de la Liga de Campeones, afrontan los de Emery unas semifinales con las que, una vez más, soñar a lo grande en Europa. Conscientes de las dificultades que afrontarán ante el Liverpool, que vuelve a ser el gran gigante a batir, pero también seguros de sus opciones de continuar avanzando más allá de la penúltima ronda del gran torneo continental. Un premio merecido que en el conjunto amarillo no quieren desaprovechar.