«En este proceso de casi un año he aprendido muchas cosas. Caí muy hondo, porque verme tan bien y tan preparada, a dos meses de los Juegos para conseguir esa medalla que tanto quería, fue duro. Caí muy abajo, pero me dije a mí misma que tal vez Tokio no era para mí. De esa forma me motivaba y sacaba esas ganas y esa fuerza para ponerme a hacer la recuperación», comentó.
«Dentro de lo malo solo me quedaban tres años para París, porque todo lo que no conseguí en Tokio lo quiero conseguir en París. Eso es algo que me dio fuerzas para seguir. He aprendido a ser más paciente», concluyó.