El OAR de balonmano recupera el espíritu del 2004

DEPORTES

EDUARDO PEREZ

Apunta hacia la fase de ascenso a la División de Honor Plata tras un año excepcional

23 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es una casualidad trabajada», afirma Pablo Aguirregabiria, entrenador desde hace 23 temporadas del OAR, al que llegó cuando solo tenía 18 años, en 1990. Las ha visto de todos los colores en el balonmano, pero no recuerda nada parecido desde el 2004. Hace casi veinte años, el equipo coruñés deslumbró con su ascenso a la segunda categoría del balonmano español frente a equipos Asobal, como el Cuenca, Huesca, Logroño y Granollers. En aquella temporada inolvidable solo sufrió una derrota.

El sábado, a las 19.00 horas, el OAR recibirá en San Francisco Javier al Lanzarote, uno de los favoritos de la Primera Nacional. Sin embargo, se da la circunstancia de que el equipo coruñés, segundo a un solo punto del líder (el Lalín) le aventaja en cuatro puntos en la clasificación. Quedan cuatro jornadas, de modo que el cuadro entrenado por Aguirre tiene en la mano su clasificación para la fase de ascenso a la segunda división nacional. La conseguirá este sábado si gana al Lanzarote por más de once goles. Esa fue la diferencia en la primera vuelta en un partido que el OAR disputó después de dos semanas confinado por el covid. Acceden al play off los dos primeros de cada uno de los seis grupos, que se distribuirán en tres grupos de cuatro equipos. Ascenderá el campeón de cada uno.

«Es complicadísimo ascender, fíjate, tres equipos entre cien participantes. Pero esto es deporte. Hasta ahora conseguimos ganar contra equipos más fuertes. Y creo que si logramos la plaza, habrá apoyos económicos», analiza el entrenador oarista. Así, con esa intensidad vive una temporada contra todo pronóstico. «A mi esto me hace disfrutar cada día más. Siempre fui un apasionado de esto, me ha rechiflado», corrobora.

De la nada al todo

Las sensaciones no eran las mismas hace menos de un año, más bien lo contrario. En mayo del 2021, el OAR salvó la categoría en el último minuto de la última jornada, en un duelo a vida o muerte contra el Chapela. «Después, nos pasamos el verano sin saber si podríamos armar equipo o si saldríamos a competir en Primera Nacional», añade.

En agosto, sin rodaje, cayó en primera ronda de la Copa. Pero, de pronto, el destino dio un golpe de timón. «Comenzamos a incorporar a jugadores que habían decidido retirarse o estaban a punto de hacerlo, como el portero del Xiria Yago Gómez, o Juan Carlos Ortiz, al que no le renovaron en Carballo... pero también regresó de Oviedo Francesco Aragona, porque no tenía minutos, el excanterano Diego Martínez rechazó ofertas de Plata y Asobal para volver a casa y subimos de la cantera a cuatro juveniles de 16 años (Adrián Pérez, Joel Rábade, Richard de Jesús y Ramón López). Y en un café de dos horas convencí al expivote del Cisne con experiencia en Asobal Miguel Simón, que es farmacéutico y se trasladó a trabajar a A Coruña. Faltaba apenas una semana para el inicio de la competición», relata Aguirre.

Arrancó la Primera Nacional y el OAR firmó la primera machada: triunfo en La Laguna, uno de los gallos de la categoría. En la quinta jornada, dominó al Lalín (otro peso pesado, que empató en el último minuto). «Y el equipo se conjunta, se anima y hace fuerte una plantilla corta, pero con personalidad. Vamos justos de fuerzas, pero aun así remonta en las segundas partes. Este OAR tiene algo especial a la hora de competir, como el que ocupó posiciones de ascenso a Asobal ganando al Bidasoa en el 2007», presume.

«Aprovechad el momento»

«Y los oaristas de estos setenta años de vida del club regresaron a la grada. Nos fortalecieron y dieron confianza a los patrocinadores, para sobrevivir a dos años sin actividad normal como los campus y la base. Lo cierto es que el OAR nunca perdió la División de Honor Plata en la cancha, sino por motivos económicos. Y fuimos el único equipo del norte de Galicia que ascendió en la cancha», repasa.

Aguirregabiria contextualiza: «Gocé mucho con la salvación del 2021. Cada paso que das es muy emocionante. Tras aquel 2004, mi ego está satisfecho, pero lo de ahora tiene mucho mérito. Les digo a los jugadores: ‘Aprovechad el momento, que quizás hay que esperar veinte años para que se repita’».