Tiger Woods confirma su reaparición para disputar el Masters de Augusta

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

MIKE BLAKE | REUTERS

El ganador de 15 «grand slams» no se descarta para la victoria el domingo

06 abr 2022 . Actualizado a las 18:51 h.

Tiger Woods ha vuelto. Justo una semana después de presentarse a una primera toma de contacto con el campo de Augusta, allí donde construyó algunas de las páginas más asombrosas de su carrera, anunció este martes un regreso cantado. El atleta que revolucionó el golf con un juego sutil y atlético a un tiempo, el monstruo de los 15 grandes, el gigante destrozado por un accidente de coche hace un año y dos meses que le partió la pierna y el tobillo derechos, vuelve a competir mañana (Movistar Golf, 18.30) con los mejores. «A partir de ahora, siento que voy a jugar», anunció este martes en la rueda de prensa previa al Masters, el torneo donde ganó cinco chaquetas verdes entre 1997, en su primera aparición en un grand slam, y el 2019, cuando cerró su cuenta de 15 a los 43 años.

Ahora, con 46 y un cuerpo ya destrozado por las lesiones y una decena de intervenciones en el quirófano antes de sufrir su estremecedor accidente de coche en Los Ángeles, Tiger es una incógnita.

Cuesta pensar que vuelva para no ser lo suficientemente competitivo. De hecho, una de las preguntas del día apuntó a si se ve con opciones de ganar. Y respondió de manera escueta pero contundente: «Sí». Y se explicó algo más: «Estoy agradecido por el apoyo de todos los implicados en mi trabajo diario. Gracias a mi equipo y a los jugadores (...). Ha sido un camino difícil, salir de la silla de ruedas, de las muletas… Decir que volvería a estar aquí jugando y hablando con vosotros era muy poco probable. Pero amo competir y siento que todavía puedo jugar bien. Lo haré, de hecho, aunque seguro que habrá algún día en que eso ya no pase», razonó.

Tiger tampoco puso fecha para cuándo pondrá fin a su presencia en el PGA Tour. «No sé cuántos años podré, pero todavía puedo. Lo dejaré cuando sienta que ya no puedo ganar. Pero a día de hoy mi sensación es que aún puedo. Todavía tengo manos para conseguirlo. He estado en situaciones peores, he jugado y he ganado torneos», matiza.

Tiger ha jugado sus rondas de prácticas seguido por una muchedumbre de miles de espectadores desde que el domingo regresó a Augusta para probarse en el escenario del Masters. Desde su accidente, solo había disputado, el pasado diciembre, un torneo por parejas junto a su hijo Charlie, entonces de 12 años.

«Si puede caminar 72 hoyos, puede pelear el Masters. Es demasiado bueno». El diagnóstico lo firmó el lunes Fred Couples, ganador en Augusta en 1992 y compañero de partida de Tiger y Justin Thomas durante nueve hoyos esta semana. El Masters, por su lista de participación reducida y la presencia de una veintena de veteranos invitados pero sin opciones para competir, es —aunque parezca paradójico— el grand slam más asequible para figurar entre los 20 o 30 primeros con una buena actuación.

Y supone, además, uno de los escenarios favoritos de Woods como profesional: en 21 presencias ganó cinco títulos, acumula 14 top ten y jamás falló el corte. Por eso también reapareció allí en otros momentos sensibles de su carrera. Como cuando regresó al golf en el 2010 después de una retirada indefinida por el escándalo en el que derivó su separación —¿o fue al revés?—

Un camino tortuoso

Tiger perdió el control de su coche, cuando circulaba por una carretera de Rancho Palos Verdes (al sur de Los Ángeles) a 130 kilómetros por hora, casi el doble de lo permitido. Su Génesis todoterreno V80 chocó contra una mediana, voló por los aires, cruzó dos carriles en sentido contrario y dio varias vueltas de campana antes de que Tiger fuese excarcelado del vehículo.

Entonces, en febrero del 2020, ya llevaba tres meses sin competir, después de someterse a su quinta operación de espalda, y su presencia en el Masters del 2021 ya era dudosa.

Tras una operación de seis horas, su pierna derecha quedó milagrosamente reconstruida. En noviembre, en una entrevista con Golf Digest, rebajó las expectativas sobre su regreso al golf. «Ya no necesito jugar contra los mejores del mundo para tener una vida plena. Tras mi última operación de espalda [en el 2017] tuve que escalar otra vez el Everest, tenía que hacerlo y lo hice, pero esta vez ya no tengo el cuerpo para hacerlo, lo asumo», explicó en relación a su vuelta a la élite y su milagroso triunfo en el Masters del 2019, entonces con 43 años. «Todavía puedo jugar al golf y, si mi pierna está bien, hacer clic en un torneo. Pero no puedo volver a subir a la montaña, ya no puedo llegar hasta la cima», añadió. No había fecha para su regreso. Lo hizo de forma simbólica en diciembre en un torneo por parejas junto a su hijo Charlie. Mostró un notable nivel. Pero la élite del golf profesional es otra cosa.

«Es realista decir que volveré a jugar algún día en el circuito americano, pero nunca más a tiempo completo. Elegiré algunos torneos al año y competiré, como hizo Ben Hogan. Me entreno siendo consciente de eso, así es como voy a tener que jugar ahora. Es una realidad lamentable, pero es mi realidad», confesó Woods, recordando al elegante jugador norteamericano, que fijó un canon de estilo a mitad del siglo pasado. Aunque, en realidad, erró en la comparación con Hogan, quien sufrió un grave accidente de coche en 1949 que pudo haberle postrado en una silla de ruedas. Porque Hogan se recuperó, regresó y ganó a continuación seis de los nueve grand slams que tiene en su palmarés. Rindió más que antes de su grave accidente.

Tiger estuvo postrado tres meses antes de poder moverse sobre una silla de ruedas y ayudado de unas muletas. Después de un proceso doloroso, de una lenta rehabilitación para volver a llevar una vida normal primero y para muscularse para jugar al golf después, el momento del regreso ha llegado. «Me queda muchísimo. Ni siquiera estoy a mitad de camino. Tengo que recuperar aún mucha masa muscular y actividad nerviosa en la pierna. Pero me han operado cinco veces de la espalda. La pierna se fortalece, sin embargo la espalda puede decir ‘aquí estoy'», explicaba en noviembre: «He perseverado para ganar todo cuanto he podido. Hacía lo que fuera por ganar. Y eso ha tenido un coste».

Porque hubo un momento en el que llegó a imaginarse salir del hospital «solo con una pierna». Tiger no es solo uno de los mejores deportistas de todos los tiempos, sino que, incluso retirado, fue el jugador de golf con mayor efectos en la industria de su deporte en el 2021, según el programa Player Impact Program, un bonus con el que el PGA Tour premia la promoción del golf que realizan sus principales figuras, más allá de sus resultados en competición.

El coeficiente medía cinco parámetros: las búsquedas en internet, la presencia en los medios de comunicación, el protagonismo en las redes sociales, la difusión de sus patrocinadores por televisión durante los sábados y domingos de torneos del PGA Tour y la popularidad en Estados Unidos.