España quiere ser toro y torero a la vez

DEPORTES

César Quian

Luis Enrique puede variar el once inicial pero no la idea de fútbol de un equipo que prioriza jugar en campo contrario y está dispuesto a asumir riesgos

29 mar 2022 . Actualizado a las 23:14 h.

Con Luis Enrique en la selección es muy fácil acertar el guion que va a poner en escena el equipo y no tanto quiénes serán los once elegidos para encarar la contienda, más allá de que en este partido amistoso solo repitiese Morata desde el inicio. Apuesta por un fútbol valiente, por querer la iniciativa, incluso a costa de que los riesgos puedan ser mayores que los réditos. Quiere once soldados identificados con la causa.

Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron un monólogo. Y el desarrollo de la trama cambió al filo del 35. Justo antes de que Morata abriese el marcador, Islandia estuvo en un tris de echar por tierra todo el buen trabajo del combinado español. Por una vez los visitantes consiguieron sortear la presión adelantada, con metros y espacios para correr. Thorteinsson cayó en fuera de juego por muy poco. De lo contrario se hubiese plantado con ventaja ante Unai Simón.

Atrevimiento y exposición

Hubiese sido muy injusto. Esta España de Luis Enrique, como tantos equipos, ya ha demostrado en más de una ocasión que le cuesta marcar ante rivales que juntan líneas muy atrás. Y eso a pesar de ser un colectivo que busca la portería rival con decisión. El atrevimiento lleva pareja una mayor exposición.

Sin Pedri, optó por una línea media con tres centrocampistas más llegadores que pasadores: Koke, Soler y Marcos Llorente. En las bandas situó a dos futbolistas afilados, Yeremy Pino y Dani Olmo. Y arriba, al estajanovista Morata. España mereció el gol en una gran triangulación que Soler envió fuera por muy poco. Lo encontró cuando pudo desordenar a través del talento, en un amago del valencianista para dejar correr el balón y que le llegase en posición franca a Morata. El de la Juve resolvió con aplomo. Casi de inmediato llegó el segundo tanto, gracias a otra de las armas que maneja el equipo, el uno contra uno de Dani Olmo.

Tras el descanso no varió nada la decoración. España siguió con su plan de choque, tratando de jugar siempre en campo rival, buscando una y otra vez la portería. Ni los cinco cambios que introdujo sobre la marcha Luis Enrique ni los tres goles que completaron la manita a Islandia abrieron las puertas a la especulación.

La idea de juego está muy asentada. Por delante quedan poco más de siete meses para seguir afianzando los automatismos, para afinar en la manera de buscar el gol y minimizar los riesgos cuando es el rival el que tiene el balón, a fin de impedir que pueda armar contragolpes y transiciones rápidas. No es fácil dar con ese equilibrio, porque España quiere ser toro para recuperar rápido la pelota y torero cuando la tiene en su poder.