El que fuera número 13 del ránking de la ATP recibió entrenamiento militar durante siete días en Turquía antes de regresar a Ucrania para combatir en la guerra
17 mar 2022 . Actualizado a las 19:31 h.Alexander Dolgopolov llegó a ocupar el puesto número 13 de la ATP. El extenista colgó la raqueta hace dos años, y ahora tiene una misión más importante: formar parte del ejército ucraniano en defensa de su país tras la invasión rusa.
Días antes de que estallara la guerra, el que fuera ganador de tres torneos ATP huyó de Ucrania junto a su hermana y su madre. «Esta guerra me pilló en Turquía. Llegué un día antes de que todo empezara y mi hermana y mi madre se vinieron conmigo. ¿Por qué? Porque después de mucha información de las mejores agencias de inteligencia del mundo y el gran descrédito que había en casa, entendía que podía empezar una guerra con ataques sobre Kiev y todo el país», aclaró el extenista en sus redes sociales.
De Ucrania puso rumbo a Turquía, donde comenzó a entrenar por si en algún momento tenía que combatir. Se puso en manos de un soldado turco. «En este tiempo he empezado a practicar disparos y tuve la fortuna de que un antiguo soldado profesional me enseñó durante unos días. No voy a ser Rambo en una semana, pero ya me siento cómodo con las armas y puedo disparar a la cabeza tres de cada cinco veces, desde 25 metros», explicó.
Con la formación necesaria y concienciado en la defensa de su país, Dolgopolov puso rumbo de nuevo a Ucrania. «A la vez que entrenaba, estaba preparando mi regreso. Encontré a unos chicos de Estados Unidos que planeaban ir y empezamos nuestro viaje. Cogimos varios chalecos antibalas para nosotros y nuestro ejército. Viajamos a Zagreb, condujimos a través de Europa para entrar en Ucrania desde Polonia y, por último, llegar a Kiev». Pero no fue fácil. «Los primeros días no comes, solo duermes una hora al día».
A través de sus redes sociales, el extenista ha dejado claro que «este es mi hogar y lo defenderemos. ¡Con toda la gente que se quedó aquí! Siento mucho respeto por todos y mucho orgullo por lo unido que está el país bajo la presión de un dictador loco».