Sebas Moyano: «Estamos bien, ¿por qué no soñar con entrar en la fase de ascenso?»

DEPORTES

OSCAR CELA

El futbolista cordobés ha cogido la titularidad en el Lugo y asombra por su habilidad y verticalidad

15 mar 2022 . Actualizado a las 20:44 h.

Una vez dejado atrás su calvario por una compleja lesión en la rodilla que demoró varios meses su debut con el Lugo, Sebas Moyano (Villanueva del Duque-Córdoba, 1997) ha irrumpido con fuerza en el equipo. Poco tiempo necesitó para mostrar sus aptitudes y escribir su nombre en la lista de importantes para Rubén Albés. Su fichaje se incluyó en las condiciones del préstamo que el conjunto albivermello le hizo al Córdoba en el curso 2018/2019 y estuvo rodeado de incertezas. A finales del 2019 Tino Saqués, el presidente lucense, anunció su futura incorporación precisando que incluso podría llegar en el mercado de invierno, y fue presentado en los albores de la campaña pasada (2020/2021), cuando en diferentes medios se informó de que era jugador rojiblanco desde el 30 de enero del 2020 y volvía al Ángel Carro después de media temporada cedido en el Córdoba.

 —Quítenos de dudas. ¿Cuándo se convirtió en jugador del Lugo a todos los efectos?

—En el verano del 2020. Y esa temporada salí cedido al Ebro, de Segunda División B.

—Ha sido un proceso largo. ¿Cómo lo vivió?

—No le daba demasiadas vueltas al tema. Estaba en casa, muy a gusto y muy centrado en hacer bien las cosas en el Córdoba. Aunque la alegría por mi futuro fichaje por el Lugo era inevitable.

—En la última pretemporada, después de saber que se quedaba en la plantilla, llegaría esa maldita lesión: «fractura de impacto subcondral en la rodilla derecha». ¿Puede traducirlo al lenguaje de a pie?

—Llevo muchos años operado del menisco. Cuando tenía 16 o 17 años me lo extrajeron casi todo. Solo me dejaron una pequeña parte que, con tanto desgaste y el choque de los huesos, me fracturó ligeramente el fémur. Es una lesión muy dolorosa, que me impedía entrenar con normalidad y que no tiene un tiempo estimado de recuperación.

—No pudo jugar hasta mediados de noviembre. ¿Llegó a pensar que se le escapaba otra oportunidad de triunfar en el Lugo?

—No, para nada. En ningún momento perdí la ilusión ni las esperanzas. El simple hecho de pertenecer a la plantilla del Lugo me daba fuerzas cada día para esforzarme y ver un poco más cerca mi debut. Además, también contaba con el apoyo de mis compañeros, que me arroparon desde el primer momento y me hacían ver que era un futbolista importante para el equipo.

—A la afición le convence su fútbol y eso que, después de tanta inactividad, aún estará lejos de su nivel óptimo.

—Eso espero. Confío en que cada día vaya a más y estar siempre en las mejores condiciones para ayudar al equipo y cumplir con lo que diga el míster. Sería la mejor manera de agradecer al club y al entrenador su confianza.

—Solo tiene 24 años. ¿Hasta dónde se plantea llegar?

—No miró más allá de esta temporada. Mi única ambición en estos momentos es contribuir en la permanencia del Lugo, que está cerca, y seguir creciendo como futbolista.

—Lleva cuatro partidos seguidos como titular y jugando los 90 minutos en dos de ellos. Quién lo diría a principios de febrero...

—No era fácil entrar en el equipo. Gerard Valentín era el mejor de la categoría en su puesto, la explosión de Jaume Cuéllar... Ahora se han dado las circunstancias y debo aprovechar la oportunidad. Es verdad que a principios de febrero ni yo ni nadie contaba con esto.

—Puede jugar en todo el frente de ataque, pero ¿en qué posición se encuentra más cómodo?

—Lo que me gusta es jugar, en la posición que sea, pero prefiero la banda izquierda para meterme hacia dentro y asociarme.

—Con 41 puntos, 11 por encima del descenso, lo más lógico sería mirar a los puestos de «play-off» de ascenso, que está más cerca.

—Ja, ja, ja. Eso es cierto, pero nuestro primer objetivo es la permanencia y todavía no está hecha. Nos quedan partidos difíciles. También es verdad que estamos bien, así que ¿por que no soñar con entrar en la fase de ascenso?

«El gol en Las Palmas será el más emotivo de mi vida»

—Su primer gol fue precisamente el día de su estreno con el Lugo en Segunda, ante el Amorebieta, pero mucho más valor sentimental tuvo el que marcó en Las Palmas, ¿verdad?

—Ese gol lo voy a recordar toda la vida. Tenía ganas, lo quería hacer por él y sé que me ayudó muchísimo desde arriba. Fue, sin duda, el gol más emotivo de toda mi carrera y será el más emotivo de mi vida.

—Se lo dedicó a su padre.

—Sí. Falleció el 10 de enero y a partir de ahora todos los goles irán dedicados a él.

—¿Fue muy influyente en su carrera?

—Sí, mucho. Yo jugaba en el equipo del pueblo de al lado y era él quien siempre me llevaba a los entrenamientos. Siempre estaba ahí cuando lo necesitaba. Incluso el día de la boda de mi hermana me acompañó a un torneo. Yo era un crío, el entrenador quería que estuviese y él no dudo en llevarme. Siempre ha sido esencial tanto en mi carrera como en mi vida.

—Y le daría consejos.

—Muchos. No era muy exigente en el tema del fútbol, a diferencia de muchos padres de ahora, y me insistía en que lo más importante era disfrutar jugando, ser feliz en el campo.

—¿La mayor alegría en el fútbol se la llevó cuando le convocaron para la selección española sub-17?

—Sí. Un año antes estaba jugando en el equipo de mi pueblo en campos de tierra. La experiencia de defender esa camiseta, escuchar el himno y disputar esos dos encuentros ante Alemania me marcó muchísimo.