Las claves de los topes salariales de la Liga: ¿Cómo llegó el Barça a -144 millones sin hacer trampas?

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

Alejandro García

El club azulgrana está obligado a apretarse el cinturón hasta que consiga volver a equilibrar su balance en el tope salarial de la Liga

16 mar 2022 . Actualizado a las 13:59 h.

«El sistema de control de la Liga sirve, por un lado, para ayudar a que los clubes no incurran en pérdidas y, si lo hacen, para reequilibrarlos lo más rápido posible». Así lo resume Javier Gómez, director deportivo de la Liga, que se está dedicando estos días a explicar de forma didáctica cómo funciona el tope salarial de la Liga.

¿Qué es y cómo se calcula el tope salarial de la Liga?

El mal llamado tope salarial de la Liga es en realidad una fórmula empleada para controlar la economía de los clubes, evitando que estos incurran en competencia financiera desleal que pueda desembocar incluso en la quiebra de estos, tal y como sucedía antaño. Simplificando mucho, la fórmula para calcularlo sería el resultado de restar los ingresos estimados que un club va a percibir y los gastos extradeportivos estructurales que va a tener (créditos, sueldos de personal no deportivo, instalaciones, etc). A esta resta hay que incluirle también las pérdidas o los beneficios arrastrados del ejercicio anterior.

¿Es posible tener un saldo negativo?

Sí. Y de hecho fue habitual en los primeros años. Se debe precisamente a la inclusión del tercer factor corrector, el de las pérdidas. Si un club tiene previsto ingresar 100, tiene unos gastos estructurales de 50 y unas pérdidas heredadas del pasado de 100, en vez de tener +50, como le correspondería por las dos primeras variables, tiene -50.

¿Hizo trampas el Barça para llegar a -144 millones?

No. La Liga hizo una primera estimación de tope salarial en mayo del 2021 y estableció un saldo positivo del Barça de +97,9, en base a las cuentas de Josep María Bartomeu, el anterior presidente. La nueva junta directiva de Laporta, disconforme con estas, las varió pasando de unas pérdidas de 228 millones a 481. Ese desfase es lo que hizo que la Liga modificase durante el mercado invernal el tope del Barça de los +97,9 a los -144.

¿Cómo pudo llegar el Barça a esas pérdidas con el control de la Liga?

El sistema de la Liga no obliga a gastar todo el dinero. Simplemente establece un límite, a partir del cual, en una temporada normal, se entiende que el club podría entrar en pérdidas si no lo cumpliera. Es como en una economía doméstica. Sirva como ejemplo mundano el de dos familias con 50.000 euros de ingresos anuales cada una. La primera controla sus gastos y no pasa de los 45.000, por si surge un imprevisto; la segunda, en cambio, hace ingeniería financiera para estar al límite de los 50.000, hipotecando además el futuro con créditos. ¿Qué pasó estos dos últimos años? Que hubo una pandemia que rompió todas las previsiones de ingresos, con los grandes clubes como los principales afectados. La diferencia entre el Madrid y el Barça es que los blancos eran como la primera familia, con un sistema presupuestario previsor que garantizaba unos 45 millones de euros de beneficios al año; mientras que los azulgrana, al límite, basaban su modelo en la venta de jugadores, en el ticketing (venta de entradas, abonos y museos) y el merchandising, que precisamente fue lo más afectado por el covid-19. Por eso un club no entró en pérdidas y el otro sí, habiendo cumplido los dos las normas del juego.

¿Por qué se le permitió fichar al Barça en enero?

El control financiero de la Liga permite a los clubes con saldo negativo seguir fichando, pero atendiendo a lo establecido en el artículo 100. Es decir, que de los ingresos extra que consigan o de los gastos que liberen puedan utilizar solo una cuarta parte (la regla del cuatro a uno). En enero, el Barça cedió a Coutinho (ahorrándose el 65% de su ficha), redujo el salario de Umtiti (dándole un año más de contrato) y finalizó el préstamo de Yusuf Demir (evitando ejecutar la opción de compra de 10 millones). Estos movimientos permitieron inscribir a Ferran Torres (los 55 millones pagados se dividen en los cinco años de contrato, por lo que solo impactó en 5,5 en el límite actual). Alves, Adama Traoré y Aubameyang. Las cinco fichas y la amortización de Ferran solo consumieron el 25?% de lo ahorrado por Coutinho, Umtiti y Demir. Una ingeniería que el Barça deberá seguir haciendo este verano, y posiblemente los próximos años, mientras no corrija su desfase.